Fuera de Tiempo con Alejandro Galliano

Alejandro Galliano, docente de la UBA, coautor junto al sociólogo Hernán Vanoli de Los dueños del futuro y autor de ¿Por qué el capitalismo puede soñar y nosotros no?, conversó con Diego Genoud acerca del capitalismo 4.0, el tipo de sociedad que formatea la pandemia, el resentimiento, la desigualdad y el debate ambientalismo/desarrollismo.

“El campo y el conurbano: dos ideas de patria camino a las elecciones”. Editorial de 10/7/2021 en FM Milenium.

Semana en la que queda en primer plano la patria. Por el 9 de julio. Por la selección argentina. Por
la campaña electoral. Faltan apenas dos meses para que vayamos a votar y se defina un poco este ida y vuelta permanente, esta tensión de la polarización. Para que se defina en qué punto estamos parados después de 18 meses de gobierno del Frente de Todos, con una oposición que, por supuesto, critica en bloque la gestión del gobierno en el contexto de pandemia. Un gobierno que, como muchas veces decimos, va y viene, se contradice, duda, que muchas veces parece no saber por dónde es la salida en distintos ámbitos.

Sin embargo, la vacunación, que era uno de los grandes problemas para el gobierno, se convierte poco a poco en un activo de campaña. Por lo menos, eso es lo que creen Alberto Fernández, Cristina, Axel Kicillof, que convirtió a este 9 de julio en una fecha emblemática como parte de la campaña en la que el gobierno considera que cada persona vacunada es parte de sus argumentos. El argumento de campaña de un gobierno que se hizo cargo de una situación explosiva en lo económico, que sufrió una pandemia y que ya logró traer al país más de 27 millones de vacunas.

Hay casi 18 millones de persona que ya recibieron la primera dosis. Eso, obviamente, tiene su reverso también. Porque uno ve que, del porcentaje de la población, es apenas el 10 o el 11% el que recibió ya la segunda dosis. La Argentina que se acerca a los 100 muertos, una cifra demencial, impensada, que jamás hubiéramos imaginado en marzo del año pasado cuando Alberto Fernández empezó con la cuarentena estricta. Argentina tiene un nivel de víctimas fatales por demás elevado. Está entre los países que tiene más muertos por millón de habitantes. Hay que ver si este operativo de vacunación, que ahora acelera, que el gobierno considera que es parte de sus logros, alcanza a la hora de ir a las urnas para los que no perdieron un familiar, para los que no sufrieron bajas en su propio núcleo de afectos. Para los que lograron llevar adelante esta larga temporada de la pandemia de la mejor manera o de una manera no tan traumática como les pasa o les pasó a los que están en esa lista de casi 100 mil muertos que cuenta la Argentina.

Por otro lado está, como siempre lo decimos, la economía. Ahí sigue estando el talón de Aquiles de un gobierno que dijo que iba a venir a encenderla. Por supuesto, el gobierno lo repite, sucedió la pandemia. Pero así como sucedió la pandemia, también sucedió esa promesa incumplida de Alberto Fernández. Y con ella, la dificultad para gran parte de la población para llevar adelante su día a día. Con las cifras del INDEC, a las que parece que nos acostumbramos. Así como nos acostumbramos a un país que cuenta casi 100 mil muertos, nos acostumbramos también a un país con 20 millones de personas bajo la línea de pobreza. Pero cuando uno mira las encuestas, y cuando mira a qué responden los consultados a medida que se acercan las elecciones, se encuentra que eso sigue
estando en el eje de la preocupación de la mayor parte de la población.

Una encuesta de Ricardo Rouvier, de hace unos días nada más. ¿Cuál es la preocupación principal
en la Argentina hoy? Pregunta realizada 1.200 entrevistados en todo el país. El 52,1% de los y las
argentinas creen que es la inflación el principal problema. Pero, ¿cuál es el segundo problema más
importante? La desocupación. 33,6%. Uno de cada tres argentinos cree que el desempleo es el
problema más grave de la Argentina
. Hay que retrotraerse dos décadas para encontrar una situación similar, hay que volver al 2001 para encontrar la misma respuesta, la falta de trabajo. Después viene la pandemia, 28,9%. Después viene la pobreza, 19,2%. Después recién la inseguridad, 17%. La corrupción, el 15%. Inflación, desocupación, pandemia, pobreza: cuatro preocupaciones centrales en la Argentina de hoy.

¿Cuál es su preocupación o temor o miedo frente a los problemas que se ha indicado? Ya ahí la
pregunta de Rouvier apunta a la preocupación del entrevistado, la preocupación que siente que más lo puede perjudicar o afectar. 39,7% dice “mi principal preocupación es que no puedo afrontar los gastos del mes”. Algo que en este programa, en este pequeño espacio habitualmente remarcamos. Segundo problema, quedarme sin trabajo. El 26,6% de los consultados. Recién después aparece la preocupación por contagiarse o que alguien de la familia se contagie, 25,6%. Todas las opciones son, por supuesto, una saga de preocupaciones que hoy rigen la vida de la mayor parte de los argentinos. Ser víctimas de algún delito, la falta de valores, las personas que no tienen para comer. Las escasas oportunidades de tener un futuro mejor. Que la pandemia no termine nunca.

Esas son las preocupaciones en la Argentina de hoy en estos días, en estas horas después del 9 de
julio, cuando el ex presidente Mauricio Macri habla en España del éxodo de los argentinos. De que no hay registro de un momento en el que tantos argentinos o tantas argentinas se vayan del país. Una afirmación del ex presidente que, por supuesto, es discutible. Hay que pensar en el 2001, hay que pensar en la última dictadura militar. Hay muchos momentos, en los años finales de Alfonsín, donde los argentinos se fueron del país porque no encontraban o porque no podían sobrevivir. O porque eran perseguidos o porque no sabían cómo hacer para llevar adelante su vida en Argentina.

Sin embargo, la preocupación económica a dos meses de las elecciones parece ser central, la que va a definir quién gana esta elección. Y, sobre todo, cómo después sigue gobernando el Frente de Todos porque el Frente de Todos seguirá gobernando aún en la derrota, aún en un escenario pesimista como el que algunos plantean. Aunque el oficialismo pierda la Provincia de Buenos Aires, algo que hoy no parece, por lo menos, en las encuestas de Federico Aurelio, que es otro consultor muy escuchado que trabaja tanto para el Gobierno como para la oposición. El gobierno ganaría si hoy fueran las elecciones la Provincia de Buenos Aires por 8 puntos. Que es mucho menos que la victoria de Axel Kicillof en 2019 cuando llegó a duplicar esa cifra. En el resto del país, por supuesto, es más complicado saber qué va a pasar. Estas encuestas también son aproximaciones parciales a la realidad de la Argentina de hoy.

Semana patria y dónde está también hoy la representación de los sectores de la población que van a definir la elección en este 2021. Si uno mira la expresión de los sectores ligados al agronegocio, si uno mira lo que pasó este 9 de julio, si uno mira otra vez el campo al costado de la ruta en rechazo a las medidas del gobierno, al cierre de exportaciones. A que la Hidrovía, esa vía fluvial por la que sale la mayor parte de las exportaciones argentinas que estaba en manos de un consorcio privado hace 25 años, venció esa concesión, pasa a ser administrada por el Estado por un año. Solo el cobro del peaje, no es que se estatiza la Hidrovía. Seguramente van a ser los privados quienes se encarguen de seguir dragando y balizando la Hidrovía.

Sin embargo, la Hidrovía también es un motivo de disgusto para los que manifiestaron este 9 de julio en San Nicolás, en la localidad de Las Armas, y en distintos puntos del país donde el campo vuelve a la ruta. Vuelve en rechazo al peronismo y parece que se reedita otra vez ese conflicto del campo con el kirchnerismo. Por supuesto, pasaron trece años. Pasó mucha agua debajo del puente y es muy difícil pensar que ese enfrentamiento con la intensidad que tuvo vuelva a reeditarse. Muy difícil porque en el medio surgió Cambiemos como expresión política de esos sectores. En el medio, gran parte de esa dirigencia agraria se convirtió en diputado, en senador. Alfredo De Angeli. Ricardo Buryaile, que fue ministro de Agricultura. El propio Luis Etchevehere, que fue ministro de Agricultura. Concejales en distintos puntos del país. Intendentes. De ese 2008, de esa batalla que fue la batalla con el campo, surgió una generación política que hoy está en la oposición y que, además, acaba de gobernar. Recién termina su ensayo de poder. Por eso es muy difícil pensar que de estas jornadas nuevas, del Campo como protagonista, surja un proceso de confrontación con el peronismo, que además es distinto porque es una alianza de gobierno.

De todas formas, en esas manifestaciones aparecen consignas de las más disímiles, consignas que van incluso contra Cambiemos. Consignas de sectores del agronegocio que ya se cansaron de Cambiemos también, no solo del kirchnerismo, y que ahora apuestan por José Luis Espert, por Javier Milei, y que no quieren ninguna influencia del Estado de ningún tipo. Había una consigna de las Confederaciones Rurales Argentinas que decía “la Patria no termina en el conurbano”. En esta costumbre que tiene la oposición de salir a manifestar en las fechas patrias, de apropiarse de alguna manera de las fechas patrias, de decir “la Patria somos nosotros”. A la inversa de lo que decía Cristina en su Gobierno, “la Patria es el otro”. “La Patria va más allá del conurbano”, dicen, el conurbano donde están todas las expectativas del Gobierno Nacional. Ese conurbano que apoyó a Cristina incluso en el momento en el que peor estaba, en la soledad mayor de Unidad Ciudadana, sobre todo la Tercera Sección electoral.

Hay dos nociones de patria, dos nociones de país. Dos países distintos. El conurbano por un lado, que apoyó o vino apoyando hasta ahora a Cristina, al kirchnerismo. Y el campo, el interior de la Provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, que expresa otra visión de país. El conurbano que se supone es la base de adhesión del kirchnerismo, hoy está afrontando una situación muy difícil, más que la que afronta el campo, con la soja a más de 500 dólares. En ese conurbano donde están los votantes del Frente de Todos, están también los sectores que más vienen sufriendo el ajuste, los que vienen perdiendo con la inflación, los que no recuperaron el poder adquisitivo, los que dicen “no llego a fin de mes” o “no sé cómo hacer para afrontar mi día a día”. Están los que, en esta encuesta de Rouvier, hablan de la preocupación por perder el empleo. Hablan de la pobreza.

Esa base de adhesión, aparentemente incondicional, hay que observarla, porque también ganó María Eugenia Vidal en su momento en la Provincia. Ganó Massa. Ganó De Narvaéz. Muchas veces perdió el Frente Para la Victoria. Y hay que ver cómo le va al Frente de Todos. Ese conurbano está en silencio. Podríamos decir, podría decir alguien desde el Frente de Todos o desde el peronismo, es un subsuelo de la patria que está como anestesiado. No está sublevado. Aunque hay movilizaciones también, como las que hubo el jueves último en la 9 de julio. Una gran movilización de organizaciones piqueteras, de desocupados. Pero, sobre todo, de sectores que no están alineados con el gobierno, de izquierda, que no están representados por el Frente de Todos.

Pero la mayor parte de ese conurbano, esa otra patria que es el conurbano, hoy está en silencio. Alguno piensa, bueno, llegará la elección y se volcará masivamente otra vez a ratificar su apoyo al
Frente de Todos. Otros piensan que no. Ese conurbano, que es el que más sufre hoy, en las elecciones de septiembre, en la de noviembre, quizás le dé la espalda al Frente de Todos. Quizás se parta, por lo menos. Se va a abrir una parte de ese peronismo, quizás con Florencio Randazzo. O alguna irá a Cambiemos, o quién sabe a quién. Pero dejará de responder de forma monolítica al Frente de Todos.

Si es así, el gobierno se va a encontrar con dos ideas de patria que no sabe representar. Una, la del
campo, por supuesto, que está desde siempre en las antípodas del peronismo. Pero también otra,
esa del conurbano que es la que hoy más sufre al Frente de Todos.

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