Fuera de Tiempo con Eduardo Fidanza

El sociólogo, analista político y director de la consultora Poliarquía Eduardo Fidanza conversó con Diego Genoud sobre política en tiempos de Covid-19, el primer semestre de gestión de Alberto Fernández y las disputas de liderazgo en la oposición.

También charló en Fuera de Tiempo Sergio Chodos, director por el Cono Sur ante el directorio del Fondo Monetario Internacional.

“Demasiado poco, demasiado pronto”. Editorial del 16/5/2020 en FM Milenium

Llevamos tanto tiempo de espera que es lógico que la ansiedad nos empiece a gobernar. Estamos llegando al final de un proceso muy largo tanto en lo que tiene que ver con la reestructuración de la deuda como en lo que tiene que ver con la pandemia, con la cuarentena, con la salida del aislamiento extremo, que en gran parte del país ya es una realidad pero encuentra dificultades grandes en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense.

Cuando hay períodos de larga espera y la ansiedad nos domina, la magnitud y el tiempo de las decisiones son importantes. Hay un libro que escribió el ministro de Economía Martín Guzmán junto con el Premio Nobel Joseph Stiglitz y el economista colombiano José Antonio Ocampo. Fue editado en la Universidad de Columbia en 2016 y se llama “Too little, too late”. Habla justamente de los riesgos a la hora de reestructurar la deuda.

La tesis principal de Guzmán, en su faceta de teórico y profesor, junto a Stiglitz y Ocampo, es que durante un proceso de reestructuración de deuda hay dos pecados principales que no se pueden cometer. Por un lado, que la quita a los acreedores sea demasiado pequeña, porque eso después deriva en un conflicto posterior, con una nueva avalancha de vencimientos de deuda, y probablemente con un nuevo ahogo financiero; por otro lado, que no sea demasiado tarde, que no se dilate esta discusión sobre la reestructuración.

Hay analistas del mercado, incluso fondos de inversión, que preferírían que esta discusión se postergue hacía algún tipo de propuesta que consista en, mientras tanto, seguir pagando deuda. Tanto Alberto Fernández como Martín Guzmán entendieron que éste era el momento de dejar de pagar deuda y por eso estamos en la cuenta regresiva hacia lo que puede ser el noveno default en la historia argentina. Habrá que ver ahora si la quita es importante o no. Está todavía discutiéndose ahora mismo hasta qué punto va a ceder el Gobierno.

También se está discutiendo la cuestión del tiempo a la hora de pensar en la salida de la cuarentena. Se cuestiona si no fue demasiado pronto cuando se comenzó con la cuarentena. Pero también si no se liberó demasiado pronto, porque explotaron los casos en la Ciudad de Buenos Aires, sobre todo en la Villa 31 y en la 1-11-14. Si uno compara con Brasil, lo que pasa en la Argentina es muy menor, pero si se mira la propia curva de los casos, aparece la pregunta de si no fue demasiado prematura esta reciente apertura. Por eso ahora se habla de volver nuevamente hacia atrás.

Mientras todo esto sucede, la economía argentina sigue crujiendo. No alcanza el operativo estatal para atender a todos los heridos. Hay una formidable transferencia de ingresos por parte del Gobierno Nacional a las empresas. Dos millones de trabajadores están recibiendo su sueldo de manos del Estado. También está el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que se va a prolongar por un mes más. Hay créditos a tasa cero para monotributistas.

Es decir, hay un gran operativo tratando de contener a todos los golpeados: empresas, trabajadores, informales y también a los que están viviendo en el borde. Sin embargo, lo que el Estado está poniendo no alcanza y no llega en la forma en que lo están demandando los sectores más vulnerables.

Al mismo tiempo, también crujen los mercados. Algo está pasando con el dólar que otra vez bate su propio récord. La brecha entre el dólar oficial y el paralelo desde 1989 que no es tan amplia. Algo quiere decir; alguien está queriendo decir algo a través de esa disparada del dólar.

Seguramente se podrá decir que el Gobierno no tiene la eficacia para controlar un mercado muy pequeño; que Miguel Pesce, el presidente del Banco Central, vende dólares y no logra contener al dólar paralelo. Pero también hay otros componentes: la posibilidad de un default, la subfacturación de las exportaciones, la subfacturación agraria, el sistema bancario, el empresariado —que según explicó en este programa el banquero Pablo Peralta compraron dólares con dinero de los subsidios del Gobierno. Todos esos factores se combinan para explicar la disparada del dólar.

Quizá alguien está disgustado por esta reestructuración de deuda y por la decisión del gobierno argentino, que todavía no sabemos cuál será. Si el Gobierno quizá accede a reducir la quita que presentó en su momento Guzmán o si se mantiene firme y dice “esto es lo único que tenemos para ofrecer”, que fue lo que dijo en su momento el gobierno nacional.

Eso se discute en la Argentina. Si el país no salió demasiado pronto en lo que tiene que ver con la cuarentena y si no se queda a mitad de camino en lo que tiene que ver con la deuda, si no termina haciendo una quita demasiado leve para evitar, como le llaman algunos, “el default más infantil de la historia”. Eso es lo que vamos a saber de acá a 10 días: si no fue demasiado poco para la deuda y demasiado pronto para la peste.

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