Fuera de Tiempo con Fabio Rodríguez

Fabio Rodríguez, economista y socio director de M&R, conversó con Diego Genoud sobre los bonos, el dólar y las dudas del Gobierno en materia económica.

“La tormenta que apura al Gobierno”. Editorial 18 de junio en FM Milenium.

Semana de tormenta, de barcos, de aviones. Semana de turbulencia, otra vez, en la Argentina con el Gobierno del Frente de Todos, gobernada por el aumento del dólar paralelo, la caída una vez más de reservas en el Banco Central. Y de los bonos en pesos también, en lo que para muchos es una corrida contra el peso que activa rumores de una devaluación y otra vez versiones de cambios inminentes y más profundos.

Toda esa turbulencia se vio marcada, sobre todo, por el pulso del dólar pero también por la deuda en pesos que vio caer su cotización en el caso de los bonos, lo que apunta a un Gobierno que se queda otra vez sin nafta para avanzar. Pese a que tiene firmado un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, por el que tanto se esperó. Y, sin embargo, pese a ese acuerdo, lo que sigue afectando la estabilidad en la Argentina es la falta de dólares. Por lo menos eso es lo que parece, lo que se ve. No alcanzan los dólares que tiene el Gobierno, ni siquiera en un contexto de superávit comercial, excepcional, con la soja en niveles récords. 

La situación de inestabilidad genera nerviosismo y se reedita, se precipita, como ya sucedió en octubre del 2020. Y que alerta otra vez sobre problemas de base que no encuentran solución mientras el tiempo corre y se agota para el ensayo del Frente de Todos.

Mientras todo eso sucede, mientras da la sensación de que el Gobierno tiembla, la mayor parte de la sociedad trata de llegar a fin de mes. Algo que es casi una odisea para una parte muy importante de la población en la Argentina con la inflación como principal problema. Junto a la falta de dólares y la caída de los ingresos.

Mientras tanto los factores de poder ven al Gobierno temblar, dudar, reaccionar tarde, entonces aumentan la presión: piden definiciones. En busca de un desenlace, como algunos lo denominan, para salir de lo que consideran un espiral descendente. Una crisis sin fin en la que el Gobierno pierde credibilidad, pierde dólares, y la economía vuelve a sufrir su escasez. Una crisis en la que asoman, por todo este combo, signos que alertan sobre la posibilidad de una desaceleración económica.

¿Cómo salir de ese espiral descendente del que están alertando los factores de poder y también algunos dentro del propio Frente de Todos? La pregunta es cómo y con quién se sale, porque vuelven los rumores de cambio de gabinete. Vuelve la posibilidad de que Martín Guzmán se vea obligado a dar un paso al costado.

El marco es el de una inflación que el INDEC dio a conocer en los últimos días: 5,1% en mayo, 60,7% en los últimos 12 meses, la cifra más alta de los últimos 30 años. Si uno mira los últimos 2 o 3 meses, no es 60%, sino que es 100% la inflación interanual. Si uno anualiza la inflación de los últimos 3 meses, está más cerca del 100% que del 60%. Solo en 2022, van 5 meses en la Argentina y la inflación alcanza el 29,3%.

Aunque Macri haya dejado muy alta la inflación, aunque la pandemia haya disparado a la salida del encierro los precios internacionales de los commodities, aunque tengamos los precios de guerra después de la invasión a Ucrania, no deja de lesionar la posibilidad de llegar a fin de mes de gran parte de la población. Estos niveles de inflación no se pueden naturalizar. 

Un dato nuevo de esta semana. A la inflación y a la caída del poder, y a esa presión permanente que ejerce el aumento de los precios sobre la línea de pobreza, se le sumó el dato de que la cotización de los títulos CER, que coloca el Ministerio de Economía para financiarse en el mercado local, se desplomaron.

Quedó en duda, como hacía bastante tiempo no quedaba, la capacidad de Guzmán, la capacidad del Gobierno para seguir tomando deuda y financiarse en moneda local. ¿Cómo se va financiar el Gobierno si no es en moneda local y cuando no tiene posibilidad de endeudarse en dólares, después del macrismo, después de la reestructuración de la deuda? ¿Cómo si ya tampoco tiene demasiada posibilidad de aumentar la emisión? Por eso la pregunta: ¿por qué se desplomaron los bonos CER, los bonos en peso que ofrece el Gobierno, cuál es el detonante y cuál es el proceso de fondo? ¿Qué es lo que prima? ¿La economía o la política?

Pero cito y menciono el último informe de Emmanuel Álvarez Agis, de la Consultora PxQ, muy escuchado por los empresarios de la Argentina, mencionado también de manera recurrente como un eventual reemplazante de Guzmán, y un eventual Ministro de Energía, porque además tiene relación cercana con algunos empresarios del sector energético. Álvarez Agis decía que este desplome de los bonos en pesos se debe, por un lado, a las versiones de reperfilamiento de deuda en pesos que surgen en figuras de la oposición. Hace tiempo que Hernán Lacunza, el ex ministro de Macri y candidato otra vez a ser ministro si gana Juntos, viene alertando sobre la deuda en pesos que el Gobierno nacional y que Guzmán no sé si minimizan, pero por lo menos ponen en un segundo orden de prioridad.

¿Qué va a pasar con esta deuda en pesos que crece de manera preocupante si asume Juntos a partir de 2023? Uno de los factores que Álvarez Agis menciona como detonante o decisivo, al menos, para este desplome de los bonos en pesos.

Por otro lado, menciona las dificultades del Tesoro para refinanciar esa deuda. También las señales de incumplimiento en las metas que el propio Guzmán acordó con el Fondo. Hay tres metas principales las cuales van a ser muy difíciles que pueda cumplir el Gobierno. Y, después, la incertidumbre como siempre de la política económica con un Gobierno partido al medio, dividido.

Me llamó la atención este informe de Álvarez Agis porque por primera vez aparece con críticas muy explícitas al Banco Central y al Ministerio de Economía. A Miguel Pesce y a Martín Guzmán, que tardaron en responder ante el desplome de los bonos que ofrece el Gobierno. Dice Álvarez Agis que el Ministerio de Economía actúa con tiempos no compatibles con el nivel de riesgo actual. Lo dice Álvarez Agis que hasta hace muy poco defendía la gestión zen de Guzmán y que hasta incluso lamentó la salida de Matías Kulfas del Gobierno.

¿Qué medidas tiene el Gobierno para tomar? La suba de la tasa de interés, que ascendió una vez más en lo que va del año. Tratar de evitar que se sigan yendo las reservas por todos lados, las pocas que tiene el Banco Central. Y dice Álvarez Agis también, respecto al sendero fiscal, que el gasto público sube más que la recaudación y que la inflación no contribuye con el objetivo de estabilizar la curva de pesos. Es decir que Álvarez Agis pide conservar las reservas, aumentar la tasa de interés y ajustar más. Frenar la emisión.  

En esta discusión técnica donde el Gobierno aparece siempre corriendo por detrás de la crisis, lo que se ve en lo político dentro del Frente de Todos son dos movimientos. Una vez más, Sergio Massa se vende o lo venden como el bombero de la crisis. Una vez más, Martín Redrado aparece en televisión recomendando un ajuste de shock para estabilizar la economía. Lo cual, como decíamos en este espacio hace algunas semanas, citando a los economistas del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), de Rosario, cada vez que hay un ajuste de shock pagan los que viven de un ingreso en pesos. Es un ajuste que representa una transferencia de ingresos de los sectores que ya vienen padeciendo la crisis a sectores concentrados de la economía. 

Pero aparecen Massa y Redrado como el antídoto para salir de los problemas de los que Guzmán y Pesce no pueden salir desde hace dos años y medio, en un contexto internacional, por supuesto, complicado.

La otra novedad, si se quiere, la otra figura que emerge en lo político dentro del Frente de Todos, es Daniel Scioli.  El exembajador en Brasil que ahora es Ministro de Desarrollo Productivo y asume más como candidato que como ministro. Empezó a reunirse con Pesce y con Guzmán. Scioli que no deja de ser una figura que contrasta en el Gobierno, porque es un hombre que se ríe en un Gobierno hiperestrasado. Se lo puede ver sonriendo, dando reportajes. Alguien absolutamente excepcional en un frente que está desbordado por donde se lo mire. 

Por eso digo, es un candidato más que un Ministro. Aunque algunos colaboradores de Kulfas, que ahora siguen y esperan seguir trabajando con Scioli, lo ven como alguien que por haber sido Gobernador de una de las más industriales de la Argentina, como es la Provincia de Buenos Aires, algo conoce la industria. 

¿Qué hizo el Gobierno de esto que recomendaba Álvarez Agis, y gran parte de los economistas que más escuchan? Subió la tasa de interés a 53%, el sexto aumento del Banco Central en lo que va del año. Aunque todavía van por detrás de la inflación. Lejos está de ser esa tasa de interés real positiva que reclamó el Fondo en el acuerdo que firmó con Guzmán y a la que él se comprometió. Sin embargo, estamos hablando de una inflación interanual de 60%, y la tasa que acaban de subir está en el 53%. Las proyecciones de inflación están en torno al 70%, en el mejor de los casos.

Además, hay otra cuestión. Por un lado, esta suba puede servir, como pretende el Gobierno, para evitar que el pequeño ahorrista se vaya al dólar y siga presionando sobre la brecha. Pero por otro lado, cuando aumenta la tasa de interés, encarece el crédito para las Pymes. Cuando aumenta la tasa de interés es probable que se frene el crecimiento, todavía más luego de la falta de dólares. Y es probable, además, que se siga agigantando la bola de nieve de la deuda en pesos que el Gobierno le paga a los bancos en concepto de Leliq, de pases pasivos. No es gratis subir la tasa de interés en ningún sentido, aunque pueda ser considerado por muchos economistas una buena medida. 

De fondo, otra vez, como problema que afecta a la mayor parte de la sociedad y de los que votaron ilusionados al Frente de Todos hace una vida, en 2019, se consolida un país de sueldos bajos. La Argentina, como lo dice siempre la Vicepresidenta, tenía los sueldos más altos en dólares cuando se fue del Gobierno. Después de Macri, después de la pandemia, después del Frente de Todos, después de esta situación que se vive a nivel global, en Argentina se consolida un paisaje de salarios bajos, se impone como continuidad de Juntos al Frente de Todos.

Ese país de los sueldos más bajos, medidos en dólares de América Latina, hoy nos trae dos imágenes. Una imagen de desocupados en movimiento, organizaciones sociales no alineadas con el Gobierno que vuelven a movilizarse, a desplegar en las calles su fortaleza. Es un grupo de gente que representa a los sectores que tienen dificultades para llegar a fin de mes. Son organizaciones que vienen creciendo a todo nivel y lo hacen, sobre todo, en la calle. 

Contrasta esa imagen, de las organizaciones sociales, con la pasividad del sindicalismo, de la CGT, del cual no se sabe prácticamente nada. Hay una ausencia total de la dirigencia sindical, de la conducción de la CGT, en un contexto de derrumbe de ingresos que ya lleva mucho tiempo y que se va acentuando como una constante. Una realidad que vino para quedarse: los sueldos más bajos de América Latina.

En ese marco es que se habla, en ese marco los factores de poder presionan o lanzan un operativo clamor por un ajuste de shock. Como el que reclama la oposición, como el que reclama el propio Redrado. El Gobierno se resiste como puede, toma alguna medidas en el sentido de lo que reclaman y otras las demora. Mientras posterga esas medidas, mientras discute hacia el interior, el Frente de Todos se desangra y pierde cada día gran parte de su capital electoral.

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