Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas de la Nación, conversó con Diego Genoud acerca de los fallos de la Corte Suprema para suspender las elecciones en San Juan y en Tucumán, y sobre su visión del Frente de Todos y de la oposición de cara a las PASO.
“Cristina o Milei”. Editorial 9 de mayo en Radio con Vos.
23:01 en la República Argentina. Está llegando al final este martes, el segundo de mayo, y tenemos otra vez imágenes de una guerra por el poder en la Argentina. Algo que, por supuesto, no es nuevo.
Se queman los papeles en algunos casos y vemos un conflicto abierto entre distintas facciones de poder. Horas tomadas por la decisión de la Corte Suprema de Justicia, de tres jueces en realidad: Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz, la mayoría que funciona hoy en la Corte Suprema, en el Palacio de Tribunales en la Capital Federal. Dos jueces de extracción peronista, Rosatti y Maqueta, que fueron ministros o funcionarios del peronismo. En algún caso, como Rosatti, fueron, incluso, intendentes. Y un juez como Carlos Rosenkrantz, más ligado a la mirada empresarial. No votó hoy, no se pronunció Ricardo Lorenzetti, en minoría, que fue el Supremo durante nada menos que durante los 11 años en los que gobernaba el kirchnerismo.
Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz tomaron esta decisión de la que se viene hablando y, seguramente, se hablará bastante porque se suspenden las elecciones a gobernador en San Juan y Tucumán. Dos provincias en las que, se suponía, el peronismo iba a ganar las elecciones el domingo próximo. En este verdadero “sálvese quien pueda” que es el calendario electoral, que es la Argentina política, con un poder fragmentado, astillado, dividido en distintas tribus que se disputan el poder.
Son muchas las provincias que votan por adelantado. El domingo pasado votaron La Rioja, Jujuy, Misiones, y el domingo que viene estaban anotadas Salta, La Pampa, Tierra del Fuego, San Juan y Tucumán, estas últimas con dos políticos importantes a nivel provincial del peronismo con pretensiones hasta nacionales, como Juan Manzur y Sergio Uñac.
Manzur, que fue jefe de Gabinete, había venido casi como un salvador con el apoyo de la vicepresidenta tras la derrota del Frente de Todos en las PASO. Se hablaba de “Juan XXIII”, por Manzur. Un político con una capacidad de lobby también considerable, diría casi un Massa tucumano porque cuenta con el apoyo de los laboratorios —de empresarios como Hugo Sigman—, de empresarios como Jorge Brito, de la familia Werthein, de la familia Eskenazi, y con vínculos con Estados Unidos. Todo eso que tenía Manzur cuando llegó a la Jefatura de Gabinete no le sirvió de nada y tuvo que volver a su provincia a pelear por conservar al menos una cuota de poder. Porque está enfrentado, además, al gobernador Osvaldo Jaldo, que lo iba a llevar como candidato a vicegobernador.
Es una historia de la que se podría hablar y mucho, tanto de San Juan como de Tucumán, pero la Corte Suprema decide suspender las elecciones cuando faltan nada más que cinco días. Si eso no es un mensaje político, ¿qué lo es? La Corte Suprema está, al mismo tiempo, sometida a un juicio político por el oficialismo, por el Frente de Todos, que se va en denuncias pero que no puede doblegar a esta Corte. Diría que la Corte lo tiene de hijo al Gobierno.
La casta de la que habla Javier Milei, con bastante eco, con bastante éxito, no es solo la casta política. La casta también es judicial, la casta también es empresarial, la casta también es sindical en muchos casos. Además, Juan Manzur está muy ligado a Héctor Daer, el jefe de Sanidad, hacían una especie de triángulo con Hugo Sigman. Pero con Ricardo Lorenzetti también, quizá por eso Lorenzetti no votó, por la amistad con Manzur.
Ya estaban las boletas listas, faltaban cinco días, y en un acto de prepotencia política, la Corte suspende las elecciones. Lo dijo hoy el presidente Alberto Fernández, como si fuera un comentarista, lugar al que parece haberse habituado: “La Corte se alineó hoy con la oposición”. Sí, eso ocurrió hace rato y el peronismo lo ve desde la impotencia. Porque no puede entenderse con dos jueces que son peronistas y fueron funcionarios peronistas. Juan Carlos Maqueda, funcionario de José Manuel de la Sota, en su momento, en la Provincia de Córdoba. Y Horacio Rosatti, exministro de Néstor Kirchner.
Ahí también hay un dato ineludible. La Corte manda un mensaje político. Y en ese mismo mensaje demuestra el fracaso político del Presidente, de su Gobierno, de su ministro de Justicia Martín Soria, de los representantes de Cristina, los duros y los blandos, con sus diferencias. Ninguno pudo revertir el enfrentamiento de Cristina con el Poder Judicial, ni por las buenas ni por las malas. Y la Corte se alinea con la oposición, como ya lo había hecho durante el último gobierno de Cristina, en parte como lo hizo durante el apogeo del lawfare durante el gobierno de Macri.
Manzur, protagonista principal de esta historia, iba a la quinta elección consecutiva, en binomio, en la Provincia de Tucumán. Dos veces vicegobernador de José Alperovich, dos veces gobernador. Ahora no va a poder ser, porque la Corte se basó en dos fallos previos, cuando le dijo “no” a Gerardo Zamora, quien designó a su mujer Claudia Abdala para ser la gobernadora durante un período de Santiago del Estero. La Corte también le dijo “no” a Alberto Weretilneck, que ahora es otra vez gobernador electo en Río Negro y eligió a Arabela Carreras para que lo sucediera.
Es interesante pensar, no solo que hay un mensaje político de la Corte o “una intervención”, como dijo el ministro del Interior Wado de Pedro. Una intervención de facto y gobernadores que se declaran proscriptos. Se le queman los papeles a algunos dirigentes, en este caso del peronismo, como Juan Manzur. Como decía, llegó enviagrado a la Casa Rosada, como un hombre de volumen político, y se fue por la puerta de atrás. Ahora trata de retener el poder como puede y le resulta difícil.
El otro es Sergio Uñac, el gobernador de San Juan. También alguien que hace rato circula por los foros empresarios y tiene pretensiones nacionales, pero no puede, al mismo tiempo, salir de su provincia. Uñac no podría competir el domingo próximo. ¿Qué dijo José Luis Gioja?, el ex gobernador del peronismo en San Juan, el que lo puso a Uñac en su momento y al que después se enfrentó muchísimo: “Nosotros a Uñac se lo dijimos en todos los idiomas, en jeringoso, en inglés, en francés. Le dijimos que no puede ser candidato otra vez, porque el artículo 175 de la Constitución Provincial claramente dice que el Gobernador y Vice duran cuatro años en su período, y pueden ser reelectos dos veces”.
Uñac enfrentado con Gioja, que también iba a ser candidato a gobernador y que, en alguna medida, está de acuerdo con el fallo de la Corte aunque no está de acuerdo en el cómo.
Después, las imágenes del foro empresario, organizado hoy por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en un hotel de Puerto Madero, con un desfile de toda la clase política. Algo que ya tenemos casi naturalizado, diría, cómo se vinculan los políticos con el poder económico. En este caso, ante los empresarios estadounidenses. Estaba el embajador de Joe Biden, Marc R. Stanley. Y fueron a rendir examen Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Sergio Massa, Daniel Scioli. Estaba también Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba. Horacio Rosatti, el ministro de la Corte. Aunque todos preguntaban por él, no estaba Javier Milei. Los empresarios lo querían escuchar. Insisto en esto que naturalizamos: políticos rindiendo examen ante el círculo rojo.
Lo más importante que surgió de ahí, en la definición de Sergio Massa que dijo: “Sería un error gravísimo exponer las diferencias internas en una elección primaria”. No quiere PASO el ministro de economía en el Frente de Todos. Quiere ser candidato único. Difícil con estos números de inflación que debe soportar. ¿Qué candidatura aguanta con 7,7% de inflación? Vamos a conocer en los próximos días la correspondiente al mes de abril. Dicen que está muy lejos de aquella que Massa había pronosticado, que empezaba con 3. Parece que duplica o más el índice del Indec.
Estaba también Daniel Scioli en este foro, que está como para declararse proscripto si no le dan la PASO. Scioli tiene el apoyo de Santiago Cafiero, de Alberto Fernández, de Enrique Albistur, de gente que cercana al Presidente.
Nada de todo esto de lo que estoy hablando es tan importante como la pulverización de los ingresos, ese proceso que sigue. El relevamiento de expectativas del mercado, las consultoras que trabajan para círculos empresarios y que elaboran un índice que publica el Banco Central todos los meses, prevé para este año electoral una inflación del 126% anual. 16 puntos arriba de lo que se preveía el mes pasado. Habrá que ver si aciertan o se equivocan. Incluso, calculan para los próximos 12 meses, no para el año. Si empezáramos a contar desde ahora, desde abril-mayo 2023 a abril-mayo de 2024, el índice de las consultoras que publica el Banco Central prevé una inflación para los próximos 12 meses de 146%.
Eso es lo que le preocupa a la mayor parte de la población, a los que van a tener que ir a votar. Se cumplan o no los pronósticos de las consultoras. Lo escuchaba en boca del presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, Fernando Savore, que decía: “los aumentos de los alimentos son agresivos”. Es una agresión cotidiana que golpea cada vez que alguien va al supermercado. No sabe qué hacer el Gobierno con la inflación, tampoco Massa. Pero así todo quiere ser candidato único.
Esa agresión cotidiana que sufren muchos argentinos y argentinas cada vez que van a comprar algo va a tener una traducción electoral, va a impactar en las urnas. Está impactando ya. La semana pasada fui a dar una charla a Lomas de Zamora, bastión histórico del peronismo, del cristinismo, donde gobierna desde hace muchos años Martín Insaurralde y ahora gobierna Marina Lesci. Me pasó Patricia Velloso Colombres, una periodista ligada al peronismo, una encuesta callejera en las calles lomenses, inexpugnable bastión del peronismo. Era un trabajo hecho para ConoSur Noticias, en el que salió que, se confirme o no, que cada 11 votos para Cristina hay 8 para Milei. Muy por detrás, los indecisos, 6%. Los que no van a votar a nadie, 3%. A la izquierda, 2%. Bullrich, un punto. Larreta, un punto. Pero ahí, según esta encuesta, la decisión está entre Cristina o Milei.
Pero, dos décadas después, Cristina, la heredera de un proceso nacido hace 20 años para reencauzar la energía destituyente del “que se vayan todos”, para muchos es la casta. Para otros sigue siendo, en cambio, el último dique de contención, la última estación antes de la antipolítica o la deserción. ¿Existe alguna chance todavía de que la Vicepresidenta sea candidata, como se dijo la semana pasada? ¿O es puro humo, como dicen en Olivos? Milei es el otro, el que capitaliza la bronca con un discurso muy sencillo. Que habla de la casta, de la dolarización y su canto de sirenas. Con eso le alcanza a Milei, con muy poco, para que en un bastión del peronismo en el conurbano bonaerense, en la tercera sección electoral, haya gente que en la calle se debata entre votar a Cristina o a Milei.