Fuera de Tiempo con Guadalupe Granero Realini

Guadalupe Granero Realini, urbanista y coordinadora del Área Urbana del Centro de Estudios Metropolitanos (UMET-UNAJ-UNAHUR), conversó con Diego Genoud sobre la crisis habitacional, la inflación y la ley de alquileres.

“Macri vs. Larreta: el choque no se puede evitar”. Editorial 11 de abril en Radio con vos.

23.03 en la República Argentina, en los distintos rincones de este territorio tan extenso. Una vez más la discusión política está tomada por lo que sucede en la cabeza de Goliat. El botín de la Ciudad de Buenos Aires está en juego. El poder en la cúspide de la oposición está en juego. En el medio hay una trama llena de contradicciones, de idas y vueltas, de alineamientos circunstanciales. De alianzas que se rompen, como si en el PRO, en Juntos, hubiera empezado un sálvese quién pueda.

Ahora están peleando por el poder. Si ganan las elecciones, habrá que ver cómo hacen para gobernar después de los resultados que tuvo la alianza que en ese momento se llamaba Cambiemos y ahora quiere volver bajo la fachada de Juntos.

¿Cómo hacer para gobernar? Es una discusión que se posterga en la Argentina de la inflación arriba del 100% interanual, 105%. A la que le faltan dólares, que sufre la caída del salario real y genera que la plata no alcance, lo que cualquiera sabe hoy en la Argentina. Una recesión que está en camino producto también de la falta de dólares, de la caída de consumo, que se debe a los bolsillos flacos. Y el malestar social es el mar de fondo en el que se da esta pelea, algunos dicen, brutal, terminal, para la alianza de Juntos. Vamos a ver hasta dónde llega. Es probable que existan instancias de renegociación pero podemos decir que, a esta hora, está todo mal, pésimo, entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. La guerra de poder y por el poder en el PRO.

A veces cuesta ubicarse pero hay que pensar, primero, que Macri no pudo ser lo que hubiera querido ser. Hace apenas dos semanas, tuvo que renunciar a ser otra vez candidato a Presidente porque no tenía margen para hacer lo que se proponía, lo que declamaba, lo que decía que le hacía falta a la Argentina: hacer lo mismo pero más rápido. Macri incendió la oportunidad que tuvo de ser Presidente y ya no tiene otra. Ese es el punto de partida, el escenario base, en el que se da esta pelea con Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno porteño, el heredero de Macri en el maxikiosco de la Ciudad.

Que Macri se haya tenido que bajar de su candidatura no quiere decir que se vaya a jubilar de la política. Al contrario, Mauricio Macri quiere seguir siendo jefe. Todavía se cree dueño, como toda la vida lo fue. Y quiere imponer a su primo, que también es Macri, Jorge, como candidato único del PRO en la Ciudad de Buenos Aires. Jorge Macri, un dirigente que acaba de cruzar la General Paz, desde Vicente López hacia la Ciudad de Buenos Aires y, apenas unos meses después de haber desembarcado como funcionario porteño, ya quiere gobernar la Ciudad. 

No es Jorge Macri el primero que lo hace; las urgencias, las necesidades, las ambiciones de la dirigencia política borran los límites difusos entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. Tanto en el Frente de Todos, el peronismo de esta unidad desquebrajada que gobierna la Nación, como en la alianza Juntos. 

Jorge Macri podría decir “yo fui a la Ciudad porque Larreta no me dejó competir contra Diego Santilli en la Provincia y por eso tuve que cruzar la General Paz”. Y así cada uno de los miembros del PRO que hoy se están matando, que están muy enojados unos con otros, podrían argumentar que fue el otro el que empezó primero.

La novedad de esta semana: Rodríguez Larreta. Tantas veces acusado de tibio, tantas veces subordinado a Macri, tantas veces corrido por Patricia Bullrich y los halcones del PRO, por el Macrismo rabioso. Pero cuenta con una experiencia política muy importante, Rodríguez Larreta no nació ayer, ni nació con Macri. Estaba en la política desde antes de que existiera el PRO. Lleva por lo menos dos décadas en política, más diría. Larreta pertenece a una familia desarrollista pero debutó en política con el menemismo, pasó por la alianza UCR-FREPASO y recién después atracó en lo que era el naciente Compromiso por el Cambio —que devino en el PRO, el partido de Macri. Hasta hoy, hasta ayer. Justamente lo que se está discutiendo es si el PRO es todavía propiedad de Mauricio Macri o si Macri se quedó con una parte del capital accionario. Al lado del expresidente dicen que sigue siendo accionista mayoritario, dueño de la franquicia del PRO.

Es la segunda vez que Larreta desafía a Macri. La primera fue cuando decidió nombrar a Diego Santilli como su candidato en la Provincia de Buenos Aires, otro que cruzó la General Paz. Era funcionario porteño, fue candidato y ganó en la Provincia de Buenos Aires. Y también Larreta decidió que Vidal volviera a la Ciudad. La ex Gobernadora que alguna vez fue orgullosamente bonaerense y hoy es diputada. Esa fue la primera vez en la que Larreta se le plantó a Macri y le salió bien porque impuso sus candidatos y Macri no tuvo capacidad de reacción. ¿Tiene ahora Macri esa capacidad? Algunos dicen que puede haber una venganza de Macri. ¿Tiene esa posibilidad o solo tiene un poder residual? ¿Se queda con una cuota de poder y tiene que negociar una transición? Son preguntas para las cuales es temprano dar una respuesta. Pero al bajarse de la candidatura presidencial, Macri se delató en su fragilidad. 

Por segunda vez, Larreta desafía a Macri, y hay que ver cómo le va porque está tomando un riesgo. Decide unificar las elecciones, que se vote Jefe de Gobierno el mismo día que se votan las Primarias de Juntos. Pero lo hace con un sistema de votación que nunca se usó antes: boleta y pantalla. La boleta para elegir Presidente y una pantalla para elegir al candidato a Jefe de Gobierno de la alianza Juntos. 

Falta poco, el 13 de agosto son las PASO, y ahí arranca el calendario electoral. El resto del país mira esta pelea que se da en el centro en el que, para bien o para mal, se toman las decisiones. 

En lo político, ¿qué hace Larreta además de desafiar a Macri? Le abre la puerta a Martín Lousteau para que sea candidato a Jefe de Gobierno. Por eso digo lo de alianzas circunstanciales, porque Larreta le abre la puerta al político que le dio el susto de su vida cuando peleó por la jefatura de Gobierno. Ahora, a la vuelta de los años, Larreta casi peleado con Macri, su jefe de las últimas dos décadas, le abre la puerta a Lousteau. Y para abrirse él la puerta a una jefatura que durante muchos años deseó y que se viene postergando más de la cuenta.

¿Por qué ahora? Hoy hablaba con distintos protagonistas, algunos muy importantes, de toda esta discusión, y cada uno tiene una versión distinta. Era un choque que estaba cantado: Macri vs. Larreta. 

En junio de 2021, hace casi dos años, Juan Rezzano, un periodista amigo con mucha experiencia, jefe de Redacción de LetraP, tituló una nota que escribí “Macri vs. Larreta, el choque no se puede evitar”. Y es lo que estamos viendo ahora, lo que hace casi dos años, ya entonces estaba planteado. Un escenario de confrontación inevitable entre el dueño y jefe del PRO, su creador, y el aspirante a sucederlo, de buena o mala manera. Cuando uno consulta a la gente que trabaja con Rodríguez Larreta dicen: “ya estábamos hartos de que nos corrieran todos los días el arco”. Hartos de los halcones, hartos de que Bullrich lo tratara de tibio. Pero, sobre todo, cansados de que Jorge Macri, este recién llegado a la Ciudad, quisiera imponerse como candidato único a Jefe de Gobierno. 

¿Qué hablaron Larreta y Macri la última vez? Porque ahora no hablan. Al lado de Larreta dicen que Macri sabía y aceptaba incluso la posibilidad de que Lousteau compitiera en la interna de Juntos. Al lado de Macri dan otra versión, más bien anclada en una deuda de origen que Macri cree que Larreta tiene con él. Larreta es quien es, el Jefe de Gobierno, que logró ganar una elección gracias a que Macri le habilitó esa posibilidad frente a Gabriela Michetti. Ahí empezaron estos 8 años de Larreta como Jefe de Gobierno. Nunca Macri se va a olvidar de que Larreta le debe algo.

En el medio, pasaron muchas cosas. Hoy Larreta quiere ser jefe, el líder de esta alianza que se está redefiniendo. Y cuando se redefine Juntos, muchos piensan que se redefine también la política. Larreta que enfrenta a los sectores más duros del PRO pero lo hace acompañado por Martín Lousteau, Lilita Carrió, por la UCR, por parte de los que fueron los políticos del PRO. Una parte, los otros, están con Bullrich. Macri expresa esos sectores duros pero los expresa desde fuera de la escena política. Ya no los puede expresar en las urnas, ya no los puede expresar en el poder. Necesita a Patricia Bullrich para eso. 

“Hace falta una alianza muy grande para gobernar a la Argentina, todos menos el kirchnerismo”, dice Larreta, “necesito un 70% para llevar adelante el plan de ajuste”. No sé si se diferencia tanto del plan de ajuste que tiene Macri. No es que me parezca así como simple observador, sino que hablo con muchos de esos economistas que trabajan para Larreta y que trabajan para Macri, y las diferencias son más bien de forma. ¿Cómo hacemos para bancar este ajuste que queremos llevar adelante en un contexto de salarios pulverizados?, se preguntan. Es riesgoso lo que quiere llevar adelante Juntos como salida a esta crisis prolongada en la que el Frente de Todos no le encuentra la vuelta. Massa está, lo hemos hablado en este espacio en más de una oportunidad, con el agua al cuello. El gobierno del Frente de Todos también. La sociedad está con el agua al cuello. Y en Juntos piensan que es posible un ajuste después del ajuste. En todo caso, lo que debaten es cómo hacerlo viable. Ahí está la diferencia para el día después entre Macri y Larreta.

Ahora lo que se discute es quién se queda con el maxikiosco de la Ciudad. Mauricio Macri se lo quiere dar al primo. Al lado de Larreta, dicen: “Mauricio piensa que la Ciudad también es su propiedad, es parte de su capital accionario”. Entonces, quiere cederle ese capital accionario, la Ciudad de Buenos Aires, la zona franca del macrismo que lleva 15 años ganando elecciones a lo pavote,  prácticamente sin oposición real a la hora de ir a las urnas. El único que pudo lastimar al macrismo en una votación fue Lousteau, y con el voto, en ese momento, del kirchnerismo. Pero vemos a un PRO destinado a seguir ganando elecciones, por lo menos, eso es lo que parece. Se están matando entre ellos por ver quién gobierna la Ciudad. 

Larreta pudo por primera vez plantar un desafío a Macri en la Ciudad de Buenos Aires, en la cabeza de Goliat. Dicen que ahora respira aliviado. Hay que ver si hay un retorno con Macri. Las cosas que está diciendo Macri en este momento, a esta hora, de Larreta no se pueden reproducir, ni siquiera en horario de protección al menor. 

Pero existe todavía la posibilidad de una tregua. ¿Por qué? Porque, ¿quién se beneficia con esta pelea entre Macri y Larreta? Algunos pensarán que el Frente de Todos. En Juntos no tienen dudas, que el que se beneficia es Javier Milei, quien está robando gran parte de los decepcionados a Juntos. Porque el fracaso de Macri fue estruendoso, aunque ahora no parece tan grande porque lo vemos gobernar al Frente de Todos, vemos este experimento fallido y, claro, hasta Macri se viste de grandeza cuando ve gobernar a Alberto Fernández.

¿Hay posibilidad de un acuerdo, de una síntesis, de una tregua? Hay que mirar a María Eugenia Vidal, la candidata a Presidente que aparece ausente, casi la hermanita menor de Rodríguez Larreta hasta que un día decidió independizarse. Algunos piensan ahora, cerca de Vidal, que tanto se independizó de Larreta que terminó rehén de Macri. Tanto que Dario Nieto, secretario privado de Macri, le maneja la cuenta de Twitter. Y Macri le da RT. O sea, Macri se da RT a sí mismo. Entonces la independencia de Vidal no fue tal. Aunque todavía ella puede dar una sorpresa. 

Presten atención a Vidal, porque tiene dos opciones: o volver a Larreta o quedarse al lado de Macri y jugar contra Larreta en la Provincia de Buenos Aires con Cristian Ritondo. Bueno, no es el mejor día de Cristian Ritondo hoy para pensar en la Provincia de Buenos Aires con lo que está pasando en Independiente, pero es el candidato que puede desafiar a Diego Santilli. 

Se están matando en la familia del PRO. Todos amigos, todos socios, todos parte de una misma historia en el poder en las últimas dos décadas. Larreta se dio cuenta de que Macri lo corría con un 4 de copas y ahora le quiere demostrar que solo le queda un poder residual. Se abre un escenario incierto, vertiginoso. No sabemos hasta dónde va a llegar la pelea entre Macri y Larreta. No sabemos si habrá venganza, como algunos especulan, o si a Macri solo le quedan fuegos de artificio y desilusión. Ahora pelean por el poder. Después, si ganan, habrá que ver qué hacen para gobernar.

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