Fuera de Tiempo con Martín Rapetti

El docente de Macroeconomía de la UBA Martín Rapetti y director ejecutivo del centro de investigación Equilibra conversó con Diego Genoud sobre las necesidades político-económicas de la Argentina en el panorama poselectoral, las posibilidades de una devaluación y el pago de la deuda.

También estuvo en el programa Jorge Raventos, periodista, columnista político y ex vocero de Cancillería, y conversó acerca del rol de Cristina en el peronismo y las consecuencias de las PASO en la estructura del poder.

Cristina, el mensaje al peronismo y el nuevo equilibrio de poder”. Editorial de 26/9/2021 en FM Milenium.

Después de la tensión en la cúpula, después de las diferencias expuestas que forzó la derrota, después de la presión de la vicepresidenta sobre el Presidente, después del cambio de Gabinete vino un nuevo equilibrio de poder en el Frente de Todos, en el Gobierno. Inestable como todo en la Argentina, como todo incluso en este momento en que gobierna el peronismo, el actor que se suponía podía gobernar la crisis. En este nuevo equilibrio inestable lo que aparece es el peronismo real, como escribí el domingo pasado en elDiarioAr en una nota titulada “Cristina perdona todo menos perder”. Se refería a una Cristina que se abre al peronismo no kirchnerista, al peronismo antikirchnerista. En un doble movimiento, donde por un lado está forzando al Presidente cambiar de gabinete, pero por otro lado el nuevo gabinete no incorpora a cristinistas, no incorpora a camporistas. Como si ellos también hubieran sido aplazados en este resultado electoral catastrófico, según
muchos la definen.

¿Por qué Cristina está apurada, más que el presidente? La vicepresidenta tiene otras urgencias que tienen que ver con su propio pasado, con lo que le pasó al kirchnerismo entre 2015 y 2019 pero que se inició en 2013. La vicepresidenta sabe que los votos son lo único que le puede evitar la proyección de una película que ya vio. La división del peronismo, el aislamiento del kirchnerismo, la ofensiva de Comodoro Py, con un kirchnerismo que quedó arrinconado entre los márgenes del sistema político y la cárcel. Por eso, en los últimos días después de las PASO, incluso antes, decían que había olor a 2013: el principio del fin para el kirchnerismo, cuando Sergio Massa rompió con Cristina y el Frente Para la Victoria se fue desgajando de manera inexorable.

La lucha por el poder es despiadada en Argentina, eso nunca hay que perderlo de vista, casi como
la pelea por la supervivencia para el que vive de un ingreso en pesos, para el que no llega a fin de
mes. También arriba la lucha es a todo o nada, muchas veces. Y cuando uno ve el nuevo gabinete de Alberto Fernández o el nuevo gabinete de Axel Kicillof, se da cuenta de que, en muchos casos, entran a jugar funcionarios que representan al peronismo no kirchnerista. Cristina los involucra, los compromete, los invita a participar de este experimento de Gobierno en el peor momento. Lo hace en un intento de que a ella no le pase lo mismo que le pasó a su última experiencia de gobierno, a partir de 2013. Cuando Hugo Moyano se alejó de Cristina, después Sergio Massa, factores de poder, empresarios importantes que hoy forman parte otra vez del Frente de Todos. José Manzur, Aníbal Fernández, Julián Domínguez: tres profesionales del poder que no se criaron en la escuela kirchnerista.

Martín Insaurralde como Jefe de Gabinete de Kicillof, que llega de la mano de Máximo Kirchner pero que obliga a Kicillof a abrirse contra su deseo. Cuentan que hubo una discusión fuerte puertas adentro del kirchnerismo entre Cristina, Máximo Kirchner y Axel Kicillof, porque el gobernador no quería entregar a su Jefe de Gabinete. Igual que Alberto Fernández. Lo cierto es que ahí está Insaurralde, un intendente de Lomas de Zamora, que se llevó muy bien con el macrismo entre 2015 y 2019, que tenía una relación muy cercana con María Eugenia Vidal, con Federico Salvai, su jefe de gabinete. Y Leonardo Nardini, el intendente de Malvinas Argentinas, también como Ministro de Infraestructura. Cristina Álvarez Rodríguez que vuelve a la Provincia.

La vicepresidenta convoca al peronismo no kirchnerista porque las elecciones entregaron una
sentencia: el esquema de poder que presentó el Frente de Todos en estos dos primeros años está
agotado
. Con funcionarios que eran amateurs, que no habían atravesado nunca el fuego de la
crisis, que eran amigos del Presidente, amigos del Gobernador. Lo dijeron las urnas, después lo dijo la vicepresidenta, que demuestra que es la que conduce el Frente de Todos. Sin embargo, no lo conduce hacia donde ella quisiera, o hacia donde ella lo condujo en otro momento. Después de una derrota, lo que vemos es la emergencia de ese peronismo real, el peronismo no kirchnerista o directamente antikirchnerista.

¿Por qué Cristina abre su Gabinete, su esquema de poder? ¿Por qué le abrió primero la puerta a Massa, por qué le abrió la puerta a Perotti en Santa Fe? ¿Por qué lo trae a Manzur que la dio por jubilada? El propio Massa, que viajaba con Macri a Davos y que desde Comodoro Py con jueces amigos prometía ponerla presa a la vicepresidenta. El propio Perotti, que pidió el allanamiento a Cristina en 2018, el que había ordenado el juez Bonadio. Los antiguos enemigos de Cristina son los que Cristina ahora convoca para su esquema de poder. ¿Por qué lo hace? Por su debilidad relativa. Si bien Cristina tiene más votos que la mayoría de estos dirigentes, también está perdiendo votos. Y vuelve a ver esa película de 2013, el principio del fin, que terminó muy mal para ella y para su grupo más cercano. Y para gran parte de la población que sufrió el experimento de Macri en el gobierno.

Se puede decir que Cristina aprendió de la derrota y que no quiere volver a ese aislamiento. Prefiere cederle la conducción del gobierno al peronismo antikirchnerista porque con los propios termina mal. Como en 2015, con una derrota ajustada frente a Macri. Y como terminó ahora. Viene Manzur, que es uno de los pocos Gobernadores que ganó en estas PASO catastróficas para el peronismo unido. Al Gobernador de Tucumán, que acaba de pedir licencia, sus colaboradores le decían que no asuma: “¿Cómo vas a meterte ahora en esta situación si vos acabás de ganar? Dejá que se prenda fuego el experimento del kirchnerismo, de Alberto Fernández y vos no te involucres”. Pero Manzur se involucró y dicen que se lo valoran. Si le va bien, como todo el mundo hace planes en la Argentina, Manzur quiere ser candidato a presidente. Ya lo intentó o lo pensó o lo evaluó en 2019. Era el candidato de empresarios como Hugo Sigman, de sindicalistas como Héctor Daer. Si le va mal, Manzur se prende fuego con el experimento de gobierno de los Fernández.

Con el tucumano, con Insaurralde, con Massa, con Perotti, quizás con alguien más después de
noviembre. Se sigue hablando de Redrado. Cristina también busca una tregua con el establishment. Parece asumir que no tiene otra salida que ir hacia el rumbo que marcaba el antikirchnerismoy le cede los primeros puestos a esos dirigentes. ¿Hay un viraje del Gobierno? Pareciera que sí. Queda pendiente el acuerdo con el Fondo Monetario. Se acaban de pagar 1.900 millones de dólares. Los Derechos Especiales de Giro que llegaron. que entran por una ventanilla y se van por la otra. Plata del Fondo que termina yendo para pagarle al Fondo contra lo que pretendía la propia Cristina y los senadores del Frente de Todos. Contra lo que pretendía el Instituto Patria.

Ahora se abren dos etapas. Una que ya comenzó, con medidas que anuncia el gobierno para
cambiar el humor social
, que intenta hacer ahora lo que no hizo en su momento. La actualización del impuesto a las ganancias. La suba del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que va terminar con un incremento del 52% en marzo del año que viene, mucho más de lo que en su momento se pensó. A partir de febrero de 2022 el Salario Mínimo va a estar en 33 mil pesos, cuando hoy está en 28 mil. ¿Viene un nuevo IFE? Puede ser para algunos sectores informales, muy focalizado según lo que dijo el Ministro de Trabajo, el sobreviviente Claudio Moroni. Un incremento en las jubilaciones, pensiones.
El gobierno tira la carne que le queda en el asador para tratar de recortar la diferencia. Nadie piensa hoy en ganar en el Frente de Todos, pero se busca achicar esa diferencia para el tiempo que viene después de noviembre.

Habrá que ver, según el resultado, en qué redunda este equilibrio inestable de poder. Primero hacia dentro del Frente de Todos. Después en el tablero del poder, más grande. Después de las elecciones empieza esa otra etapa donde para el peronismo se impone un desafío todavía mayor. ¿Cómo llegar con aire a 2023? ¿Cómo salir airoso de la discusión con el Fondo, la presión por una devaluación, la lucha contra la inflación y, al mismo tiempo, con una sociedad que está muy deteriorada, por esta caída sistemática en el poder adquisitivo? Un desafío para el peronismo y para la sociedad que entra después de noviembre en una nueva fase de incertidumbre.

Foto de Martín Rapetti en portada: Silvana Colombo

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