Fuera de Tiempo con Mayra Arena

Mayra Arena conversó con Diego Genoud acerca del impacto de la crisis política y económica en Argentina, la pobreza en los barrios y las distorsiones culturales que recaen sobre las clases bajas.

“La renuncia de Kulfas”. Editorial de 4/6/2022 en FM Milenium.

Esta fue la semana del reencuentro de Alberto y Cristina, después de tres meses del último mensaje que habían cruzado, después de las piedras en el despacho de la Vicepresidenta cuando empezaba a discutirse el acuerdo con el Fondo en el Congreso. 

La semana que se había pensado como la semana de la unidad, la semana que iba a dejar una postal del difícil reencuentro entre el Presidente y la Vicepresidenta en un Gobierno que enfrenta un contexto difícil, terminó siendo la misma de la renuncia de Matías Kulfas, un soldado del albertismo sin culpa. El Ministro de Producción fue muy importante y en su momento acompañó al Presidente desde el Grupo Callao, cuando Alberto Fernández tenía una escuelita de poder y ni siquiera imaginaba que podía llegar en algún momento a la Presidencia de la Nación.

Hubo un acto donde la Vicepresidenta volvió a plantear algunas diferencias y donde apareció el nombre de Paolo Rocca. Cuestionado porque el grupo Techint es el adjudicatario de los caños para la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, que va a tener alrededor de 560 kilómetros y que va a unir Neuquén con Salliqueló, en la Provincia de Buenos Aires. Va a servir para ahorrarle a la Argentina unos cuantos millones de dólares en importación de combustibles.

El gasoducto Néstor Kirchner tiene, en principio, el acuerdo de las distintas alas del Frente de Todos y sin embargo se demora. Por infinidad de razones. Porque para iniciar esa obra se necesitan dólares; obra que cuando esté terminada va a redundar en un ahorro de moneda extranjera que le va a permitir a la Argentina dejar de importar combustibles. Eso es un poco lo que la Vicepresidenta cuestionaba en el acto de Tecnópolis ayer. Techint se paga a sí mismo, decía Cristina. Se paga a sí mismo los caños que importa desde Brasil, donde Techint también tiene una planta importante, en lugar de poner a producir algunos hornos de la Ex Somisa, por ejemplo, en Argentina. Techint resuelve en un plazo más corto trayendo desde Brasil los insumos para la construcción de este gasoducto, insumos que hay que pagar alrededor de 500 millones de dólares. Entre otros motivos, eso es porque está frenada o demorada la obra. Recién ahora Guzmán va a entregarle a Techint alrededor de 220 millones de dólares para iniciar la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner.

El planteo de Cristina lo vimos con un Alberto que se sintió incómodo, que apeló a Luis Alberto Spinetta. Una vez más el cortocircuito en la saga del Frente de Todos. Pero nadie imaginaba que el día del reencuentro iba a ser el comienzo del fin para Matías Kulfas, que surgió a partir de la difusión de un off the record, algo que por supuesto es habitual en la política, en el Gobierno, en la oposición, en las empresas. Es muy habitual que se difunda información desde distintos sectores sin decir quién es el responsable de esa información. 

A Kulfas o a las personas cercanas a Kulfas les costó muy caro. Alberto Fernández no tuvo manera de defender a un miembro clave del albertismo. Un ministro muy decidido en su discurso, muy decidido incluso en la discusión interna dentro del Frente de Todos. Esta vez, este off the record, que se difundió diciendo que había sido el cristinismo el que había armado una licitación a pedido de Techint, costó mucho para Kulfas porque llegó en un momento inoportuno. Justo cuando el Presidente creía estar en el inicio de una tregua que le iba a devolver algo de aire en lo que le queda de mandato, por lo menos en el frente interno. Un frente que no es para nada sencillo de resolver.

Se fue Kulfas, mensaje que puede ser interpretado de distintas maneras. Para algunos, es Alberto quien cede ante un reclamo de Cristina, de los funcionarios de Energía que reportan a ella. Para otros es un paso del Presidente en función de la unidad en tanto decide sacrificar a un Ministro clave de su riñón por un mal movimiento. Por una declaración inoportuna, por una información envenenada como la que difundieron Infobae y La Nación ayer viernes, bajo aclaración de que se trataba de información que provenía del Ministerio de Producción.

Para otros cercanos al Presidente, que consulté en las últimas horas, Alberto no tuvo forma de defender a Kulfas. Porque si Kulfas seguía en su cargo, piensan algunos, Alberto estaba permitiendo que funcionarios de segunda línea, de menor envergadura, sus subordinados, le dirigieran la política. Una política de confrontación interna. Habrá que ver cómo sigue, pero se puede decir que esta renuncia fue largamente ansiada por la Vicepresidenta, por sus colaboradores. Se grita como un gol en el Instituto Patria. No resuelve los problemas, pero sí es una señal del Presidente en función de mantener la dificilísima convivencia con su socia, su gran electora, la Vicepresidenta de la Nación.

Está pendiente la construcción del gasoducto, está demorado. Hace poco había renunciado un funcionario que estaba a cargo de la unidad ejecutora de Enarsa, Antonio Pronsato. Un funcionario de la época de Julio de Vido. Renunció, dicen algunos, en desacuerdo con la demora. Se puede leer esa renuncia también en línea con las declaraciones de Cristina ayer en Tecnópolis. Pronsato quería avanzar con una obra y se chocaba, en ese intento, con funcionarios de Cristina. Por eso muchas veces hay que entender que la discusión dentro del Frente de Todos excede la taxonomía albertismo-cristinismo. Aquel funcionario de la época de Julio de Vido puede ser hoy cuestionado por los miembros del área energética que responden a Cristina. Federico Basualdo, el subsecretario de Energía Eléctrica, Agustín Gerez, el titular de la ex Enarsa, hoy los encargados de que avance el gasoducto que va a traer el gas desde Vaca Muerta hasta el sur de la Provincia de Buenos Aires. Quizás, incluso si avanza, si prospera, el segundo tramo llegue al sur de Brasil. Ese es el proyecto.

Esto se da en un contexto difícil porque en la Argentina, más allá del aniversario número 100 de YPF, falta gasoil. La propia YPF anuncia que importa gasoil para abastecer la demanda más alta de los últimos 10 años, 15% arriba de 2019. Y una demanda que la producción de YPF no alcanza a abastecer. La producción de YPF crece un 12%, pero la demanda crece un 19%. Dicen: “En zonas de frontera aumenta hasta un 30% la demanda de camiones y vehículos de patente extranjera”. Vienen de otros países a llevarse el combustible argentino porque les resulta más barato. 

Nicolás Gadano, especialista y autor de un libro muy interesante sobre la historia del petróleo en la Argentina, que también fue mano derecha de Nicolás Dujovne durante el gobierno de Macri, apuntaba hace unos días: “YPF tiene que importar gasoil para abastecer la perdida a un consumo desmedido, explicado por la demanda de países vecinos que aprovechan nuestros precios. Parece que no alcanza con subsidiar internamente. También le regalamos plata a Brasil, a Uruguay, todo contra los ingresos de YPF”.

El contexto en el que se discute la cuestión energética es muy complejo porque Argentina tiene que pagar una montaña de subsidios. Después de 100 días de guerra en Ucrania, sigue todavía muy elevada la cotización del gas. En este momento, Argentina está importando. Tiene que construir el gasoducto para pasar de ser importador a exportador pero, mientras tanto, falta gasoil para, por ejemplo, la producción agropecuaria. Y vienen de otros países, como marcaba Gadano, a llevarse el combustible barato de la Argentina.

Es un contexto difícil donde la renuncia de Kulfas habrá que ver si fortalece o debilita al Presidente, si fortalece o debilita al Frente de Todos. Pero los problemas sobran.

Viene también en las próximas semanas el aumento de tarifas de luz y gas. Problemas para la mayor parte de la población, referidos a la escalada inflacionaria de los últimos meses. Viene además lo que contó Juan Manzur esta semana, durante su visita al Senado: el 40% del aumento en el transporte en el área metropolitana de Buenos Aires. Aumentos que impactan sobre un cuadro ya degradado. 

Veía un informe del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía, que muchas veces cito en este espacio. El grupo de economistas de Rosario decía sobre qué cuadro impactan estos aumentos, los mismos que desde el sector empresario dicen “están más que demorados” con tarifas semicongeladas desde el último año de Macri. El Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía decía que la aceleración inflacionaria de los últimos meses provocó que por primera vez que los salarios registrados del sector privado, el sector mejor pago y en muchos casos sindicalizados, vuelvan a perder con la inflación. Según este informe del MATE, el nivel actual de los salarios en Argentina es aún inferior al dejado por Cambiemos. Los salarios del sector privado están peor que con Macri.

Hubo algo de crecimiento en el sector público, 6% arriba en los últimos meses, pero los salarios públicos fueron los más castigados desde el 2014, desde la devaluación de Kicillof. Están muy rezagados con respecto a la inflación más allá de esta suma reciente. 

Los que se llevan la peor parte en esta situación son los trabajadores informales. 1 de cada 2, según algunas estimaciones, en la Argentina de hoy. Según este trabajo, alrededor de 6 millones de trabajadores informales, los que perdieron durante el gobierno de Macri, vuelven a perder durante la actual gestión. Perdieron 31% de sus ingresos durante la gestión Cambiemos y continuaron perdiendo. Hoy cobran un 36,6% menos que en noviembre de 2015. 

Sobre ese cuadro de deterioro acelerado que explica que mucha gente en la Argentina no llegue a fin de mes, que explica que alrededor del 37%, 40% de la población esté hoy bajo la línea de pobreza, impactan los aumentos que van a venir. Y los que todos los días vemos en la carnicería, en la panadería, en la verdulería.

“Los programas económicos que lograron frenar los precios en otros momentos terminaron con una enorme pérdida de ingresos para el trabajo”, dice el MATE. “Para que esto no ocurra, se precisa una fuerte acumulación de poder político por parte de los actores interesados en el desarrollo del mercado interno”. Sin hegemonía política, dicen los economistas del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía, no habrá estabilidad económica. 

Por eso, esta discusión que hoy vemos en el Frente de Todos se inscribe en un contexto de debilidad ante una situación difícil y por las propias diferencias.

Cómo llega el Gobierno a 2023, un Gobierno que viene perdiendo funcionarios. Hay que recordar que hace dos semanas renunció Roberto Feletti, ahora se va Matías Kulfas. Cómo sale el Gobierno de este escenario cuando desde la oposición se pide por un ajuste de shock. Esa hegemonía política, que marcan los economistas del MATE como un factor determinante para estabilizar la economía, es lo que parece muy difícil que el Frente de Todos logre. Porque ya perdió mucho tiempo. https://open.spotify.com/episode/6ZuFWS7uMm3I56mZOJjwzw?si=q_VstB40Qtm9zRia2Nz4sA

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