Fuera de Tiempo con Sergio Morresi

Sergio Morresi, politólogo, profesor universitario e investigador del CONICET, conversó con Diego Genoud sobre las variantes electorales de derecha a dos semanas de las PASO.

También estuvo en el programa Matías Cremonte, abogado laboralista, y charló acerca de la actualidad de las y los trabajadores del frigorífico Arrebeef, a pesar del DNU que prohíbe los despidos.

“El tiempo del balance popular”. Editorial de 28/8/2021 en FM Milenium.

Semana que nos deposita en la recta final camino a las PASO. Faltan apenas quince días para ir a votar, para este test electoral del que está pendiente el gobierno, sobre todo, y la oposición. Hay que ver hasta qué punto está pendiente la sociedad, hasta qué punto las mayorías están esperando esta oportunidad. O si, como marcan muchas encuestas, lo que creció desde 2019 para acá, en estos dos años de pandemia y de crisis prolongada, fue la apatía, el escepticismo que va a redundar en una baja participación como ya pasó en algunas elecciones provinciales, como la de Salta, por ejemplo.

Lo vemos al gobierno en esta recta final intentando salir de la defensiva. Habíamos hablado la semana pasada en este espacio de un gobierno que difundió el propio video de lo que había sucedido en la residencia de Olivos con el cumpleaños de Fabiola Yáñez. Ahora lo vemos al Presidente presentándose ante la Justicia con esta propuesta para donar una parte de su sueldo
al Malbrán durante un tiempo. Y lo vemos al gobierno planteando una serie de declaraciones, además de los anuncios, de los paliativos en este intento de transferencia de ingresos, de algún crédito barato para monotributistas, como el que lanzó el Gobierno en los últimos días.

En la campaña electoral, desde la Casa Rosada, se ven dos líneas de acción. Primero, la reelección. Algo que suena a destiempo, para muchos descabellado directamente. La reelección de Alberto Fernández que ya la había planteado hace alrededor de un mes un amigo de Alberto, que además tiene buena relación con Cristina, que es el diputado nacional Eduardo Valdés. Pero era otro contexto, en el que Fernández creía que con la vacunación récord, con la reapertura de la economía y con los paliativos para rescatar el consumo del quinto subsuelo, el gobierno quedaba en posición de plebiscitarse. Que ahora se hable de reelección, todavía suena más exótico. Que lo diga Jorge Ferraresi, el Ministro de Infraestructura, ex Intendente de Avellaneda, que está muy identificado con el kirchnerismo, se presta a interpretaciones. Es un intento de sostenerlo al Presidente. Como lo vimos la semana previa, cuando Cristina, Alberto, Massa, Kicillof, Victoria Tolosa Paz, Gollán, Máximo Kirchner, aparecieron juntos en La Plata y en Avellaneda, dos días seguidos.

Ahora, la forma de sostenerlo es una expresión de deseo, desde la palabra: Alberto tiene que ser reelecto. En este momento no sé si le hace bien al Presidente que se hable de su reelección pero están planteando la idea de que todavía tiene vida por delante. No solo que va a llegar, se supone, cómodo, según cree el gobierno, al fin de su mandato, sino que va a llegar con aire para una reelección. Lo dijo Ferraresi, lo dijo Zabaleta, lo dijo Frederic, lo dijo Raúl Jalil, gobernador de Catamarca. Por supuesto, no lo dijo la vicepresidenta, no lo dijo Sergio Massa, el resto de los que están sentados en la mesa. Pero, aunque lo dijeran, es parte de un operativo para sacar al Presidente del mal momento en el que cayó después de esas imágenes que circularon y en el que quedó en contradicción consigo mismo. No al Alberto Fernández de hace diez años ni al de hace cinco años, sino al del mismo momento en el que fue tomada la foto, el video. Se habló muchísimo de este tema, abundar no sirve demasiado. Simplemente, hay una crisis fuerte de autoridad del Presidente. Primero de su palabra, que ya venía de antes. Después, de su propio comportamiento. En un tema central, nodal, como era el manejo de la pandemia, el cual le había permitido a Alberto crecer mucho en imagen positiva. Hoy su imagen es el reverso de aquel “comandante” del que hablaba Mario Negri.

Otro tema que sorprende, también, es que el gobierno empieza a hablar es el Fondo Monetario Internacional. Llegaron finalmente los derechos especiales de giro de Biden, una especie de regalo del cielo de 4.300 millones de dólares. El gobierno los recibe de manos del Fondo y va y le paga al Fondo. El 22 de septiembre está el primer pago, el 22 de diciembre está el segundo pago. Como lo contamos acá, en este espacio, Guzmán tiene la idea de tener cerrado un acuerdo para antes del 22 de diciembre. Aunque no esté ratificado por el directorio del Fondo, y tampoco por el Congreso, pero que le permita no perder por completo esos 1.800 millones de dólares. Que queden en las reserva del Banco Central, a cuenta de nueva deuda, se verá.

Pero lo que sorprendió es que esta semana, Sergio Massa por un lado y la Casa Rosada por el otro, hicieron correr la versión de que el acuerdo ya estaba. Habrá que ver en cada caso qué es lo que se busca puntualmente, pero buscando quizás generar un efecto positivo. Presentar al Fondo como salvador. Lo dice Sergio Massa que, por la vía del off, trafica la idea de que Guzmán solamente hoy se sostiene porque le queda la negociación con el Fondo y que, cuando termine de cerrar el acuerdo con el Fondo, ya no tiene razón de ser en el Gabinete. Y lo dice también la Casa Rosada, quizás en otro sentido, el de sacarlo a Alberto de esa defensiva de la que habíamos hablado la semana pasada. El operativo reelección por un lado, muy débil, con poca potencia, y la idea de un Fondo salvador que viene con los derechos especiales de giro y con un acuerdo que le estira el horizonte al gobierno.

No deja de ser curioso porque es la misma coalición de gobierno la que decidió, hace uno meses,
postergar el acuerdo con el Fondo porque no quería hacer campaña con ellos. Ahora, preocupada quizás por la situación de Fernández, por el día después del 14 de noviembre, no se sabe bien por qué, desde el ala política de gobierno se plantea que el acuerdo con el Fondo ya está. En el Ministerio de Economía dicen: “No, todavía no está, falta mucho”. Pero ahí está el gobierno tratando de presentar al Fondo como salvador, lo que generó alguna reacción incluso en los mercados. Alguna intención, posibilidad, rumor, creencia de que el gobierno va a salir más rápido de lo que se supone.

En el medio, una discusión donde la oposición al Frente de Todos, que es Juntos con Macri y Vidal, se animan a hablar de deuda. El tema tabú de Juntos por el endeudamiento suicida, el endeudamiento descomunal, que violó hasta el propio estatuto del Fondo. Sin embargo, se animó Macri primero, se animó Vidal después, a decir que son 30 mil millones de dólares el equivalente de la deuda en pesos del gobierno del Frente de Todos en este tiempo: una competencia para ver quién endeudó más a quién. Hubo, por supuesto, un debate entre economistas de uno y otro espacio. Planteó Guzmán la diferencia entre el endeudamiento en dólares de Macri y el endeudamiento en pesos de la gestión Fernández. Sin embargo, hay puntos en común.

En este espacio hemos mencionado, críticas de economistas del Frente de Todos que no coinciden con la bola de nieve de las Leliq. Alberto Fernández había dicho: “entre los jubilados y los bancos, voy a estar por los jubilados, voy a eliminar las Leliq”. Los intereses de las Leliq son altísimos. Lo comentamos la semana pasada citando números de un economista que se llama Amilcar Collante. Pero son 700 mil millones de pesos este año en intereses lo que se le paga a los bancos. Eso tiene que ver con la emisión, con la necesidad de financiamiento del gobierno. Hay economistas del Frente de Todos, quizás no los que están sentados en la mesa de las decisiones, como Lozano, como Rovelli, que plantean que esa masa de recursos que hoy está destinada a pagarle a los bancos por intereses de las Leliq y pases pasivos, tendría que estar volcada a crédito barato para la producción, para el trabajo. Se lo dijimos también a Sergio Palazzo hace algunas semanas.

Interesante el debate sobre la deuda porque habla de un país tantas veces muy frágil, que no encuentra la salida a la crisis. Obviamente, son situaciones distintas pero con algún punto en común. El gobierno de Cristina, que era el gobierno de los “pagadores seriales”, ahora se encuentra en la situación de no poder hacer frente a esta deuda monumental con el Fondo Monetario Internacional. Lo dijo Guzmán en su pase por el Congreso. Interesante también algo de lo que dijo Laspina en
el Congreso, durante la exposición de Martín Guzmán, el jueves último. Se deben, para 2022, de la deuda que dejó Macri, 19.100 millones de dólares. Para el año que empieza en unos meses, entre capital, intereses y sobrecargas, que es lo que intenta el gobierno discutir con el Fondo. Y para 2023, otros 19.300 millones de dólares. Casi 40.000 millones de dólares en dos años. Si eso no es endeudamiento suicida, ¿qué es endeudamiento suicida? Macri lo tomó para salvarse y Trump lo aprobó para que Macri se salve. Y ni siquiera así alcanzó. Hoy vuelve como comentarista, como dique de contención con los sectores de derecha que empiezan a fugar hacia Espert, hacia Milei, quizás hacia Gómez Centurión o hacia el propio López Murphy, dentro de Juntos. Vuelve Macri pero ya no como jefe sino casi como un parche para la coalición.

Mientras el gobierno habla de la reelección, habla de un Fondo que viene a salvarnos y un acuerdo que se va a cerrar en poco tiempo, también va a elecciones. Lo escribí la semana pasada en elDiarioAr, citando un informe de Emmanuel Álvarez Agis, que había sido viceministro de Kicillof. El gobierno va a las PASO con el peor bolsillo de las últimas seis elecciones. Peor que en 2013, que en 2015, que en 2017 y que en 2019. El bolsillo está peor ahora que con Macri. Claro, estuvo la pandemia como atenuante, como justificativo. Ahora viene el juicio de la sociedad, la que tiene que decidir si los argumentos que dan desde el gobierno y desde la oposición convencen o no en la base de la sociedad.

¿Qué quiere decir el peor bolsillo de los últimos cinco años? El peor salario. Un salario que en 2015 era de 105 mil pesos, si hubiera una medición en valores equivalentes, hoy es de 85 mil pesos. Así se puede hacer la comparación, lo hacía Álvarez Agis, ¿cuántos kilos de asado se pueden comprar hoy con el salario y cuántos se podían comprar en 2015? Un 41% menos se puede adquirir hoy. Cayeron los ingresos, cayó el consumo, cayó el empleo, aumentó el desempleo, el empleo precario, la recesión. Todo lo que sabemos.

Ese es el escenario, la olla a presión que puede expresarse o no en estas elecciones. La economía
real, más allá de lo que se le debe al Fondo, lo que se le debe a la base de la sociedad. Entonces, en esta semana donde Alberto Fernández trata de salir de la defensiva, donde algunos de sus ministros hablan de reelección, donde Massa y Alberto -hay que ver si La Cámpora también-, plantean la posibilidad de un Fondo que venga como un salvador, lo que más importa es la economía real. Viene el tiempo del balance popular, en el que la sociedad se exprese sobre lo que vino sucediendo en los últimos dos años. Recién ahí el Frente de Todos va a saber dónde está parado.

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