“Todos sabemos que, si no vamos unidos, nos van a cagar”

28/10/2018 / fuente: Letra P / fotos: AGLP

Le sobran anécdotas con Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde. A todos los conoció de primera mano y con todos tuvo que interactuar como gobernador de La Pampa, el lugar al que accedió cuatro veces por la vía del voto. Le tocó formar parte de la liga de caudillos provinciales que discutió con Menem primero y asumió después un rol protagónico durante el estallido de 2001. Senador en dos períodos (1989-1991 y 2003-2009), Rubén Marín cometió la peor de las herejías ante el Frente para la Victoria de su amigo Néstor: votó contra la resolución 125, en plena guerra con el campo.  Sin embargo, mantuvo hasta el ultimo día el lazo de afecto que había entablado con él, cuando viajaban juntos en el avión de Santa Cruz para asistir al mismo Consejo Federal de Inversiones que hoy recibe a los gobernadores del PJ que discuten con Mauricio Macri el reparto del ajuste.

Aliado del duro Carlos Verna en el peronismo de La Pampa, Marín fue convocado por José Luis Gioja para sentarse como presidente de la Mesa de Acción Política que persigue el ambicioso objetivo de la unidad. Juntar a Cristina Kirchner con Miguel Ángel Pichetto, el agua y el aceite, esa es la misión que se propone. “Para mi generación, es Perón y basta, pero para muchos jóvenes es Néstor y Cristina, están en su derecho. La cuestión es cómo generás una simbiosis que nos permita convivir a todos para confrontar en un proceso electoral, con posibilidades de ganar”.

Sentado en la sede del PJ de Matheu que fue hasta hace poco una cáscara vacía, Marín sostiene que la unidad no puede excluir a CFK y anuncia el próximo paso: incluir a las organizaciones sociales en el proceso de reconstrucción de una mayoría, como la que pretende ordenar -una vez más- el justicialismo. “La gente común es la que pide “juntense y dejense de joder. Acá las consecuencias las pagamos nosotros, no ustedes. El gobierno es inteligente porque busca la división, pero la presión social está influyendo sobre los dirigentes. La gente advierte que hay que unirse porque la tolerancia se acaba. Todos sabemos que si no vamos unidos, nos van a cagar”, dice.

¿Cuál es la importancia que tiene la reunión con Felipe Solá y Héctor Daer?
Fue importante. Esta comisión política tiene como objetivo aportar a que la unidad del justicialismo se concrete. Se había sumado Moyano y creíamos importante que Daer, que integraba también la terna de la CGT, participara. Queríamos también que Felipe se sumara, como una expresión del peronismo. La idea es arrimar a todos los que podamos y sumar en el futuro también a sectores sociales.

¿A qué sectores se refiere?

Organizaciones sociales, que también puedan participar de las reuniones que hace esta comisión política.

¿Estamos hablando de la CTEP y el Movimiento Evita?

Estamos hablando de todos ellos. No se determinó individualmente quiénes pero cuando hablamos de organizacione sociales, creo que son ellos, por lo menos los de mayor volumen. Es el paso futuro que se va a dar, hay un consenso de las dos partes y unanimidad de criterio. El objetivo es que el campo social y popular pueda tener una alternativa de poder el año que viene. En una situación política y económica que lastima mucho a la sociedad argentina, no podemos eludir la responsabilidad de sumar a todos aquellos que tengamos elementos comunes.

¿Daer y Manzur comparten ese criterio?
Comparten exactamente esto. Ganar las elecciones en 2019 para cambiar la política económica, ese es el elemento central, porque con esta política económica unos pocos la pasan bien y la mayoría la pasa mal.

¿Piensa entonces que se acerca la unidad?

Diría que se dio un paso importante. La gente común es la que pide “juntense y dejense de joder. Acá las consecuencias las pagamos nosotros, no ustedes”.

“El paso más difícil es unir a Cristina con Pichetto. Yo hice el intento con Pichetto hace dos o tres meses y quedó ahí. Habrá que actuar con mucho cuidado para ver cómo podés bajar las pasiones y dejar de lado aquello que nos separó para buscar el futuro. Todos sabemos que, si no vamos unidos, nos van a cagar”

¿Es posible unir a Cristina con Pichetto?

Ese es el paso más difícil. No lo sé. Yo hice el intento hace no tanto, dos o tres meses, y quedó ahí. He hablado con Pichetto y ese es el paso más difícil para dar. Si no dejamos de lado lo que pasó, egos personales, broncas personales…Habrá que actuar con mucho cuidado para ver cómo podés bajar las pasiones y dejar de lado aquello que nos separó para buscar el futuro. Si se deja de lado lo personal, se llega a un acuerdo. Si no, es difícil.

Usted dijo hace poco que no lo entiende a Pichetto. ¿Por qué?

Uno hace años que anda en la política y tuvo confrontaciones, mil veces. Pero nunca he visto una confrontación que lleve a cuestiones personales de tal magnitud que no se pueda conversar y analizar el contexto nacional y el futuro, para poder superar lo que separa para acompañar a un proceso que excede el marco de lo común. La situación es compleja y es delicada. No conozco mucho Capital pero conozco el interior y hay hambre. Eso lastima. En La Pampa, el gobierno nacional además actúa, me pongo a pensar, si no es con perversidad.

¿Por qué?

Tenemos dos rutas nacionales cortadas, una que va del Puerto de Bahía Blanca hasta Córdoba y otra, la ruta 5, que viene a Buenos Aires. Hay un corte que provocó la lluvia hace tres años, no son 20 kilómetros, son 500 metros. Y no la han arreglado.

¿Si un gobernador no apoya a Macri, tiene represalias en su provincia?

Me da esa impresión. A mí me ha tocado actuar con presidentes de otros signos, pero nunca vi una actitud de esta naturaleza. Teníamos problemas con la Caja de Previsión, no nos pagan lo que nos deben y nos genera problemas, nosotros nunca la pasamos a Nación, no tenemos deuda y no nos dan nada.

El gobierno dice que le devolvió plata a las provincias y hasta aparecen gobernadores agradecidos.

A nosotros, no nos devolvió un centavo. En La Pampa, no hicieron una sola obra, ni una. Pero además no atiende ni las rutas nacionales. A Verna le ha tocado una muy dura.

¿Cristina tiene que estar en la unidad del peronismo?

Nosotros no somos quien para negarle a nadie un derecho.

Pichetto dice que están afuera del peronismo.

Yo no lo comparto. Unidad Ciudadana entró como frente. Por supuesto, si vienen como Unidad Ciudadana, entrarán como frentistas dentro del justicialismo. Nosotros los peronistas, no podemos proscribir a nadie. Si hay hechos ilícitos que no se corresponden, está el Poder Judicial, pero políticamente no podemos excluir ni juzgar ni descalificar a nadie.

¿Bonadio es parte de la interna peronista?

Y debe ser. Creo que si.

Usted dijo que Bonadio actuaba como un juez político y con saña política.

No hace falta más que ver. Cada vez que veo actuar a la justicia federal, supongo yo el que tiene un juicio primero pregunta qué juez interviene. Si es tal, estás salvado y si es cual, estás condenado. En algunos casos, existe una perversidad. Soy abogado y deseo que haya justicia, pero no se puede actuar con una arbitrariedad tan visible. Si no, explicame cómo el que cobra la coima va preso y al que coimeó, le hacen la venia cuando sale, como si fuera un gran señor.

Comodoro Py tiene la edad del menemismo.

Cuento una experiencia personal. Yo fui senador entre 2003 y 2009 y a los 20 días de entrar al Senado, nos invitaron a cenar los jueces federales. Todavía quedan algunos. Uno de ellos, que había tomado demas, nos dijo: “Mire, nosotros tenemos expedientes. Cuando alguien habla mal de nosotros, levantamos una hojita y esperamos. Siguen hablando mal y levantamos otra hojita”. En nuestra provincia, no se ve una incidencia del poder político y del poder económico, como se ve en la justicia federal.

Conoció a Kirchner, fue gobernador en el mismo tiempo, conoció a Menem, muchos lo identificaron con Menem…

Empecé con Cafiero en la Renovación Peronista, estaba De la Sota, Grosso, Toma, Bordón, Carignano, fue una generación que el peronismo la perdió por miles de factores. Jugamos la interna con Cafiero y resulta que después me dijeron menemista. Simplemente por ser peronista, te puteaban todos los días. Yo lo quería mucho a Kirchner, pero le decia “Nestor yo soy peronista, no me vas a empaquetar. Aparte le decía, vos hasta fuiste menemista, no me olvido el discurso que diste”.

Pero usted tuvo un rol protagónico en los noventa.

Menem fue mi presidente, ganó. Con Kirchner, tenía amistad personal. Yo no tenía muchas veces el avión y él me pasaba a buscar. Teníamos provincias similares en ese tiempo. No transferimos caja, pese a la presión de Cavallo, no teníamos deuda con la Nación, no veníamos todos los meses a pedir plata para pagar los sueldos y eso nos permitió hacer obras en la época de Menem.

¿Que distinguió a esos dos liderazgos, los últimos fuertes del peronismo?

El de Kirchner fue un liderazgo fuerte, pero creo que faltaba todavía una etapa para consolidarlo. Aunque se enojaba, Kirchner sabía escuchar. Yo voté en contra de la 125, los que habíamos sido gobernadores, como Reutemann votamos en contra. Nosotros formábamos parte de la región patagónica y no podíamos pagar lo mismo por retenciones que la provincia de Buenos Aires. A los 20 días, me llamó y recompusimos. Tenía una capacidad de trabajo imposible, te llamaba a las tres de la mañana, a las cuatro. Era imposible seguirle el tren. Era una máquina, un animal de trabajo, la política era su motor permanente. Le dije yo voté en contra, él no me tocaba el tema. Le dije “Nestor vos firmaste conmigo a La Pampa como parte de la región patagónica”. “Olvidate, me dice, me equivoqué”. Era una amistad que permitía esa sinceridad. Los campos nuestros no son los de provincia. Había una relación respetuosa. Pícaro, rápido, estuvimos en la Constituyente juntos.

De Menem todavía recuerdan su liderazgo carismático

Con Menem, yo no tenía relación. Como jugué con Cafiero, muchos me tiraban con todo al principio. Pero la relación institucional con él fue excelente. Hicimos como 30 mil viviendas. Toda la infraestructura que hoy tiene en La Pampa, un 90%, se hizo en el gobierno de Menem. Soy honesto, porque acá cuando se cae uno, hay que tirarle con la escopeta. Esa es la realidad. Hasta construimos un acueducto que todavía falta terminar una parte, pero posibilitó sacar agua del Río Colorado para llevar a la provincia. Menem tuvo dos etapas. Tenía una relación con la gente única, escuchaba. No privatizamos el Banco de La Pampa, aunque Cavallo apretaba.

¿Coincide en que fueron dos proyectos antagónicos menemismo y kirchnerismo?

Si. A Menem, le decíamos con (Jorge) Matzkin en la segunda etapa: hablále a los peronistas alguna vez, ya te estás poniendo empresario. Lo veíamos distanciado del problema real de la gente, le decíamos que había que salir del 1 a 1 porque nos llevaba al abismo. Pero sufrió mucho la presión de Cavallo, que era inaguantable y quería imponer. Los gobernadores veíamos cuál era la realidad. Había una gran solidaridad entre los gobernadores en esa época, algo que hoy no lo veo. Alfonsín permitió una relación muy sólida.

“Hoy el liderazgo está distribuido. Hay organizaciones sociales que son importantes, que también aparecieron por el fracaso de los partidos políticos y especialmente por el fracaso del peronismo. Si uno analiza objetivamente, el mayor liderazgo político es el de Cristina. Nosotros fuimos opositores a ella, nos quisieron intervenir el partido, nos hicieron juicio, pero es una realidad. El resto es horizontal”

¿Rige el sálvese quien pueda hoy entre los gobernadores?

Lo veo, si. Yo no voy a juzgar a quién tiene responsabilidades. Ellos sabrán como actuar, pero era muy distinto antes. Lo que sé es que antes teníamos reuniones permanentes y si el problema lo tenía La Rioja, éramos solidarios. Yo me quedaba siempre con Kirchner hasta el final, sacudía a Corach y a Menem y todos los demás se iban, pero yo me tenía que quedar con él porque me llevaba en el avión. La situación económica es otra hoy.

¿Qué tipo de liderazgo le hace falta al peronismo hoy?

El peronismo quiere alguien que haya ganado una interna y saber que ese es el que decide, que nadie lo maneja. Hoy el liderazgo está distribuido en distintos sectores. Hay organizaciones sociales que son importantes, que también aparecieron por el fracaso de los partidos políticos y especialmente por el fracaso del peronismo. Si uno analiza objetivamente, el mayor liderazgo político es el de Cristina. Nosotros fuimos opositores a ella, nos quisieron intervenir el partido, nos hicieron juicio, pero es una realidad. El resto es horizontal.

¿Usted es partidario de una PASO?

La unidad es el objetivo, no es fácil y si no, que se vaya a una PASO.

Solá dice que el que no apuesta a la unidad es funcional a Macri.

Es posible, es cierto. Además, el gobierno es inteligente y no se equivoca. Los equivocados somos nosotros. El gobierno es coherente con su política para buscar la división de la oposición.

¿El gobierno está logrando su objetivo entonces con el peronismo?

Creo que se le está escapando. Porque la presión de la gente está influyendo sobre los dirigentes. La gente advierte que hay que unirse porque la tolerancia se acaba. Lo escuché en la mesa de esta comisión política y lo escucho en mi provincia.

Manzur habló de unidad, pero otros al lado suyo dicen sin Cristina candidata.

Manzur no lo escuche que dijera sin Cristina candidata. Ahora, hablar de unidad y dejar afuera a la dirigente que más consenso tiene, entonces no hablemos de unidad.

Se han cometido errores, de acuerdo, ¿quién no los ha cometido? Yo no soy cristinista y no soy kirchnerista, soy peronista, punto. No hay otro que Perón para mi generación.

Pero usted decía que para la nueva generación la referencia son Néstor y Cristina.

Es así, lo veo en mi familia. No lo tengo que ir a buscar afuera. Por eso, querer marginar a ese sector, no lo comparto.

A Verna, que está entre los opositores, lo ubican muchos cerca de Massa.

Verna es peronista. Ni es massista ni es cristinista.

Massa estuvo de visita.

Allá recibimos a todos. El otro día estuvo Kicillof, estuvo Tomada. Cuando vienen las elecciones, todos te visitan.

¿Coincide Verna con la idea de unidad amplia?

Aparte, no sé si boicotear la unidad es trabajar para el gobierno, pero que es suicida, para el peronismo es suicida. Todos sabemos que si no vamos unidos, nos van a cagar.

¿Qué le dijo Pichetto frente a ese planteo?

El me planteaba que la unidad era sin Cristina. Lo creo inteligente a Pichetto, tal vez vaya desmontando su pasión, es muy pasional, es un buen senador, tengo un gran aprecio, compartí seis años con él en el Senado y sé que es trabajador y solidario. Pero debo reconocer que mi persuasión no fue mucha y no logré convencerlo.  

¿Massa puede volver al peronismo?

Lo veo cada vez más lejos, no lo conozco mucho, hablé dos veces con él, cuando era jefe de Gabinete. Tiene otros interlocutores en la comisión política. Si uno lo puede sumar, que venga ya. Pero lo veo en eso de la tercer vía y el camino del medio, que quedó un caminito. Va a ser unos u otros. No creo que tenga mala intención pero la propia realidad te lleva.

¿Fracasó el intento de armar un liderazgo que reemplace a Cristina?

Scioli perdió por culpa del peronismo y algunos la tienen más que otros por egos personales y mezquindad. Se regaló el gobierno nacional. Y después el macrismo fue inteligente en buscar el conflicto permanente con Cristina de entrada. Y ahí quedamos encerrados, como quedó encerrado Massa. Hoy se habla de unidad y mañana habrá otra denuncia en Comodoro Py. Das un paso y viene la contestación.

¿Ve a Cambiemos como una alianza antiperonista?

Es que lo popular… si no es el peronismo, ¿a quién votás? El error del peronismo es no haber continuado políticamente trabajando con los sectores más modestos de la sociedad. Por suerte, están las organizaciones sociales que sustituyen al vacio politico de no haber actuado con ellos. Los que integran esas organizaciones, son peronistas. Faltó trabajo de la política, en especial en lugares grandes como provincia de Buenos Aires. En nuestras provincias, los sectores medios influyen mucho.

Pichetto y Massa apuntan a reconquistar a la clase media.

De acuerdo, es cierto, la ubicamos mal a la clase media como privilegiada. Determinan procesos electorales, pero a mi en lo personal me duele más los pobres y los que no tienen trabajo. Eso no quiere decir marginar ni mucho menos.

“El macrismo agarró el espacio territorial del radicalismo y ahora el radicalismo quedó sometido a la voluntad del gobierno. Quedaron prisioneros de la voluntad de Macri. Si quieren agarrar un cargo, tienen que ir a pedirlo por favor. Muchos radicales que son anti, indudablemente, lo votan a Macri como hubiesen votado a Videla”

¿Qué distingue a esta alianza de otras experiencias que le ganaron al peronismo la compara?

El macrismo hizo una buena jugada y agarró el espacio territorial del radicalismo y ahora el radicalismo quedó sometido a la voluntad del gobierno. Los radicales perdieron y ese el motivo del dolor que tienen los radicales, por lo menos en mi provincia. Quedaron prisioneros de la voluntad de Macri. El radicalismo fue para derrotar al peronismo pero Macri ganó las pulseadas que siguieron y quedaron atrapados. Si quieren agarrar un cargo, tienen que ir a pedirlo por favor. Muchos radicales que son anti, indudablemente, lo votan a Macri como hubiesen votado a Videla. En La Pampa, no existe esa confrontación con ellos porque hay otro tipo de convivencia, se conocen todos.

Algunos lo comparan a Macri con Menem.

No creo, por lo menos en la relación con la gente, por lo menos en la primera etapa.  Yo vi después el decaimiento de Menem, lo percibí en la medida en que la política económica empezó a hacer estragos. No reaccionó a tiempo.

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