Milei atrae conversos en Wall Street y la plaza local. Las células dormidas de un menemismo que despierta, el riesgo de Melconian para Bullrich y el costo de polarizar con el profeta de la dolarización.
Javier Milei está confiado y cree que va a ganar las elecciones en primera vuelta. El candidato de la Libertad Avanza percibe que su victoria ajustada en las PASO generó un violento cambio de aire dentro y fuera de la Argentina. El shock inflacionario que provocó la devaluación del 14 de agosto, la caída de la actividad producto de ingresos licuados que se combinan con falta de dólares y el fantasma de un nuevo salto cambiario en el horizonte potencian las chances de la oposición que sueña con abolir el Estado. Camino al 22 de octubre, Milei transmite confianza a los colaboradores que lo acompañan en su cruzada y busca incluso regular su pretensión mesiánica.
Del diccionario que Domingo Cavallo instauró en los años noventa, el diputado desempolvó primero la idea de una nueva convertibilidad atada al dólar y ahora una vieja categoría, las reformas de segunda generación, que apunta a tranquilizar a los que intuyen un país ingobernable a partir del 10 de diciembre.
Coacheado para incorporar la noción de etapas, Milei es la variante local del populismo de extrema derecha que pretende privatizar desde el agua hasta las calles pero se allana al teorema argentino de Raúl Baglini para arribar a octubre. Como si todo hubiera sido parte de un plan diseñado y ejecutado sin lugar para la improvisación.
Milei enviará en los próximos días una avanzada a Nueva York para tantear el clima en Wall Street. El ex HSBC Gerardo “Gerry” Mato pondrá su mansión de Greenwich, Connecticut, a 40 minutos de Manhattan, para darle la bienvenida a un equipo de segunda línea que busca recibir apoyo y donaciones. El coleccionista Mato es un viejo conocido de grandes empresarios argentinos que tienen intereses en el rubro alimenticio y los medios de comunicación, pero además cultiva un vínculo de lo más estrecho Gabriel “El Pájaro” Martino, el banquero amigo de Macri que hasta el 13A acompañaba a Horacio Rodriguez Larreta. Que Diana Mondino y Emilio Ocampo hayan decidido no volar en esta oportunidad no quiere decir que no vayan a hacerlo pronto. Milei apunta a viajar antes de las elecciones y está gestionando encuentros con los CEOs de cuatro grandes bancos que tienen sede en Manhattan.
Inversores y buitres de Nueva York que hasta hace poco se preocupaban por acceder a Patricia Bullrich a través del economista David Sekiguchi y el macrista xeneize Javier Medin ahora solo quieren tomar contacto con el mileismo. El escenario cambió a puro vértigo. Camino a las PASO, los argentinos que militan en Wall Street habían logrado que la ex ministra apareciera como la opción más tentadora para el mundo financiero. Pero después del 13 de agosto, las apuestas son otras.
Un eventual triunfo de Milei, que era visto como el peor escenario para una Argentina que se rendía mansa a las consignas de derecha y las demandas trilladas del mercado, ahora es considerado tan inevitable como beneficioso para un nuevo ciclo de negocios. “Era como el demonio y ahora lo ven con cariño”, dice un especialista que hace una vida ya asistió desde Nueva York a la gran fiesta menemista. A Carlos Melconian lo llamaron a último momento para dirigir un equipo que está tan cerca de coronar como de perder la categoría.
Fondos, especuladores y presuntos inversores se predisponen a dejar de lado el escepticismo para adaptarse a un nuevo escenario y salir a la compra de bonos y acciones. “Argentina se abrió, viene la derecha y ganas seguro”, dicen. El responsable de inversiones de un banco para América Latina repite por estas horas a los argentinos que lo contactan que existe un interés renovado en una plaza que a partir de diciembre habilite al sector privado para sacar rápido las divisas que se generan en el fin del mundo.
Es lo que ya se advierte en la bolsa local. Según el último informe de Epyca consultores, en lo que va del año, el Merval acumula una suba de 237% en pesos (frente a 78% de inflación) y 43% en dólares (superior al rendimiento del Nasdaq, que desde inicios de año subió 35%) Hoy, marca la consultora que dirige Martín Kalos, está en su valor más alto desde el viernes anterior a las PASO de 2019, en un rally que tiene similitudes con 2004, 2002 y fines de 1991, a la salida de la última hiperinflación.
De ahí a que se cumplan las profecías de un candidato que promete conseguir 40 mil millones de dólares para llevar a la práctica la consigna proselitista de la dolarización, hay un abismo. “Eso es un delirio”, admite el mismo financista que describe el viraje de Wall Street.
Milei es un fenómeno transclasista que entusiasma a las células del menemismo que estuvieron dormidas en las últimas dos décadas y presenta como disruptivas las ideas directrices que ya se aplicaron en los años noventa. Pero el ex jefe de economistas de Eduardo Eurnekian tiene un recorrido que lo distingue del político que más reivindica.
A diferencia de Carlos Menem, que ejecutó una transformación sobre la base de las ideas económicas que difundían en diferentes niveles Cavallo, Alvaro Alsogaray y Bernardo Neustadt, Milei capitaliza en votos una ola que él mismo contribuyó a generar con su discurso, mientras el Frente de Todos se desangraba en el gobierno. Lo acompañan gran parte de los predicadores de los años noventa, ex funcionarios y economistas entrenados en la usina ultraliberal del CEMA que parecen haber atravesado con éxito un proceso de criopresevación. Pero sus potenciales aliados son más de lo que parece. En las filas de Milei, afirman que Horacio Tomas Liendo, uno de los cerebros de la Convertibilidad que secundó a Cavallo y hoy es parte de los equipos de Patricia Bullrich, es amigo del candidato de la Libertad Avanza y podría ser un hombre de consulta en un eventual gobierno liberal.
Milei le arrebató la reivindicación histórica de Menem al peronismo impotente de los años kirchneristas y subió a su plataforma a parientes y sobrevivientes de la epopeya riojana. En la provincia de Buenos Aires, pesa Sebastian Pareja, un ex miembro de la juventud menemista que llegó a ser secretario del ex presidente antes de hacer escala en el espacio de Emilio Monzó. Detrás de la candidatura fallida de Martin Menem, aparecen otros dos nombres importantes de la familia. Primero, Eduardo “Lule” Menem, el sobrino del ex presidente que participa del armado riojano de La Libertad Avanza y acredita una larga historia en el PJ. Fue secretario de Gobierno de Angel Maza en La Rioja y trabajó toda la vida como secretario privado de su homónimo, el ex senador Eduardo Menem. Sobrino del ex presidente, “Lule” fue siempre considerado como un hijo para el hermano de Menem, vivió en su casa en La Rioja y todavía está cerca suyo. Por eso, los gobernadores de Unión por la Patria que lo tratan dicen que detrás de “Lule” es el hermano Eduardo -todavía lúcido- el que trabaja por la victoria de Milei. Otros como Miguel Angel Toma, que en su momento intentaron acercar a Milei con Miguel Angel Pichetto, mudaron hace tiempo su fe a la cruzada libertaria. En las segundas líneas, las historias de los que atravesaron un largo invierno y ahora encontraron una segunda oportunidad se replican por decenas.
Milei no tiene al PJ institucional detrás como tenía Menem pero cuenta con un partido sin candidato, el Demócrata Nacional que preside Carlos Balter y tiene a Victoria Villaruel como estrella.
El peronista sojero Omar Perotti y el radical Maximiliano Pullaro acaban de coincidir con el ignifugo Luis Barrionuevo entre los pioneros de la casta que dan por sepultadas las candidaturas de UP y Juntos y prefieren hacerse los rulos con el triunfo de peluca Milei. También Graciela Camaño, la madrina histórica de Sergio Massa, dio su opinión en Perfil; “No me parece que sea una tragedia que gane Milei. No me gusta anticipar las tragedias. Me parece que la tragedia es la que se vive hoy, con la decadencia a la que hemos llegado cruzando un largo camino. El empobrecimiento generalizado”, dijo.
Massa enfrenta un panorama cuesta arriba como ministro y candidato, como lo muestra el rechazo de 14 gobernadores -la mayoría oficialistas- al paliativo del bono que anunció después de la devaluación. Un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas que coordinó Ana Rameri sostiene que 11 millones de personas -trabajadores no registrados, cuentapropistas y desocupados- quedaron afuera de los anuncios. Massa tiene el mismo desafío que Bullrich, detectar de dónde puede conseguir nuevos votos cuando la cancha aparece inclinada en su contra.
La ex ministra suma una dificultad adicional: los sponsors que hasta el 13 de agosto la tenían como opción preferencial ahora migran libremente hacia Milei o reparten sus apuestas. La incorporación de Melconian como ministro de última hora delata su flanco débil y presenta riesgos muy claros. Formado en la escuadra de Miguel Angel Broda, el titular del IERAL de la Fundación Mediterránea cuenta con su propio apoyo empresario pero puede opacar a la candidata y generar una confusión de roles. Milei corre con ventaja porque Bullrich aparece ahora como su segunda marca y se necesitan dos para enfrentarlo. Y Massa ¿a quién postula como ministro de Economía? ¿Cual es el plan del candidato para salir de la encrucijada del ministro?
Hacia adelante, la relación con el Fondo plantea enormes interrogantes para el oficialismo y nadie sabe hasta cuándo puede aguantar el tipo de cambio oficial con la inflación otra vez en alza. Después del 22 de octubre, todo está por verse.
Mientras tanto, en las distintas tribus del Círculo Rojo se expande una percepción similar a la de los políticos que ya anticipan el voto a Milei en un eventual balotaje y la preguntas que se hacen dan por sentada la victoria de Libertad Avanza en primera o segunda vuelta. En caso de ganar, ¿puede gobernar la Argentina un recién llegado a la política que plantea un ajuste de shock de dimensiones nunca vistas?. Cerca del profeta de la dolarización afirman que la idea de un gobierno para seis meses está instalada por sus enemigos y subestima a Milei. Al contrario, repiten que sí se puede y exhiben como antecedente el ejemplo del menemismo, que sí pudo, aunque desde la identidad peronista.
Los soldados de Milei aseguran que su pragmatismo es tan brutal como su evangelio de mercado y que tendrá muchos más aliados de lo que se supone para edificar su propia casta. Piensan en un bloque propio de 8 o 9 senadores y 40 diputados. A eso, ya le suman el apoyo del macrismo duro y la colaboración del peronismo no kirchnerista que hoy lidera Juan Schiaretti, el gobernador y candidato a presidente que fue secretario de Industria de Cavallo.
En los 50 días que restan hasta las generales, con un escenario de candidatos volcado a la derecha por completo -y como nunca desde el regreso de la democracia-, Bullrich tendrá que archivar la publicidad del todo a nada para vender su versión de la avenida del medio. Así como el peronismo oficial especula con la escasa gobernabilidad que transmite Milei, el ganador de las PASO presenta a los economistas del PRO como saboteadores del gobierno ante el Fondo y especula con tener como oposición a un kirchnerismo inofensivo vencido y sin autoridad política. Salvo una sorpresa de última hora, Milei, el líder con el que se identificaban las bandas que intentaron volarle la cabeza a Cristina Fernández hace un año, puede garantizar la victoria de Axel Kicillof en provincia.
