La Argentina del mañana

Nota publicada en La Política Online el 08/07/2023.

El primer tramo del gasoducto une al peronismo pero beneficia al próximo gobierno. La euforia del mercado, contraste violento con los datos de reservas y pobreza. Una encuesta clave para Bullrich en provincia.

Hicieron falta más de 13 mil viajes para llevar los caños de 36 pulgadas que pesan una tonelada y media desde la planta de Tenaris en Valentín Alsina hasta los distintos puntos del país en los que se iba construyendo la obra. El primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, entre la localidad neuquina de Tratayen y la bonaerense Salliqueló, es una empresa monumental y estratégica que ya tuvo impacto económico en los pueblos del interior y es presentada como la llave para frenar la sangría de dólares que demanda la importación de combustibles.

Los funcionarios del ministerio de Economía y la ex Enarsa estiman que gracias a la infraestructura que permitirá el transporte de gas a lo largo de 573 kilómetros Argentina podrá reducir en el próximo año las importaciones en un 7% y tendrá un ahorro de 4300 millones de dólares. Recuerdan ademas que su financiamiento se debió en parte al Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas. 

Desde septiembre de 2022, alrededor de 5 mil personas fueron empleadas para trabajar en la obra con sueldos que están bien por encima de la media, aunque más del 90% lo hizo bajo los contratos de modalidad flexible y temporal que propicia la UOCRA de Gerardo Martínez a medida de las necesidades del emporio que conduce Paolo Rocca.

El tiempo récord en que se ejecutó el proyecto exigió al máximo a trabajadores que terminaron el primer tramo en menos de la mitad del tiempo que demandaría en condiciones normales. Además, hizo necesario ir a buscar a 45 soldadores especializados de Turquía para llevar adelante la soldadura automática con máquinas importadas. Los técnicos turcos soldaron más de 5 kilómetros de juntas por día por dentro y por fuera. Junto con colombianos, bolivianos y brasileños que trabajaron en mas de 20 países, se destacaron como la mano de obra más altamente calificada que requirió la UTE de Techint con SACDE, la compañía que Marcelo Mindlin le compró a Angelo Calcaterra en 2017.

Ni Rocca ni Mindlin estarán este domingo en el acto en el que la plana mayor del peronismo se mostrará unida como pocas veces. Sin embargo, los dos recibieron en los últimos 10 meses más elogios y agradecimientos de funcionarios ligados a Cristina Fernández de Kirchner que en los últimos 20 años.

La vicepresidenta, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Sergio Massa buscarán por un momento dejar de lado las diferencias y tensiones que marcaron al experimento del FDT para defender la visión estratégica del peronismo de gobierno y lanzar una campaña en la que el oficialismo pretende reconstruir, con una delay de cuatro años, el valor arruinado de la unidad. Junto a ellos, habrá 400 invitados ministros, funcionarios, gobernadores, intendentes y sindicalistas.

Presentado en el Día de la Independencia, el gasoducto será clave para la Argentina y, sobre todo, para el próximo gobierno. Sería una paradoja adicional que sus beneficios los disfrute el espacio de Juntos que, bajo la presidencia de Mauricio Macri, no avanzó con un proyecto que tenía sobre la mesa y para el que contaba además con financiamiento internacional. De concretarse, el regreso del macrismo al poder le debería muchísimo a la máquina de legitimar a la oposición que resultó la interminable pelea intestina en el peronismo. También a la tarea publicitaria que realizó Javier Milei para reanimar a una derecha que venía de ver a Macri fracasar sin atenuantes.

El GNK quedará como símbolo de lo que podría haber sido la asociación público-privada y la alianza con un poder económico local de fuertes intereses en Vaca Muerta. Puertas adentro del gobierno, la obra que pondrá a Massa en lo más alto y será su verdadero lanzamiento de campaña logra ahora unir a los opuestos. Desde los funcionarios de La Cámpora hasta Martin Guzmán y Matías Kulfas, todos la reivindicaban como imprescindible. Sin embargo, costó llevarla adelante. Los sobrevivientes del poder dicen, como plantea ya Oscar Parilli, que no se hizo antes por culpa de Guzmán y los que se fueron. Los caídos en desgracia argumentan al contrario que la obra iba en línea con el Plan Gas, que el cristinismo resistió todo lo que pudo, pero permitió reducir la importación de combustible, frenar la salida de dólares y recrear lo más parecido a una alianza con la burguesía petrolera que podía ofrecer este peronismo.

Según el ex subsecretario de Hidrocarburos (2019-2020) Juan José Carbajales, uno de los funcionarios que conoce bien el tema y fue eyectado del gobierno sin razones claras, gracias al primer tramo del gasoducto, la balanza comercial energética de Argentina pasará de un déficit de 5000 millones de dólares en 2022 a superávit de 18 mil millones en 2030.

Rocca y Mindlin forman parte del poder permanente que intimó y tuvo al mismo tiempo más de un encontronazo con el kirchnerismo en el poder. El presidente sin ir más lejos, llamó “miserable” al primero al inicio de la pandemia y definió en su campaña al segundo como uno de los grandes beneficiados de la era de tarifazos de Macri. Cristina también cuestionó a Rocca, en junio de 2022, en un acto junto al Presidente en Tecnópolis, cuando afirmó: “Tenemos que comenzar a exigir porque quien provee los caños -una gran empresa nacional que la mayor parte de su capital lo hizo en Argentina- pedirle que la chapa laminada que hacen en Brasil la traigan acá, que la hagan acá. No podemos seguir dándoles 200 millones de dólares para que se paguen entre empresas subsidiarias”. Techint acaba de pagar 141 millones de dólares para tomar el control de Usiminas, la mayor siderúrgica de Brasil, y ahora tendrá el 61,3% de un paquete accionario que comparte con sus socios japoneses.

Hacia adelante, todavía queda mucho por hacer. Falta todavía completar el segundo tramo hasta la localidad de San Jerónimo en Santa Fe, porque la obra tiene una extensión total de 1050 kilómetros. Más ambiciosa, la reversión del gasoducto Norte -para suplir la merma de gas de la cuenca Noroeste por el declino de la producción en Bolivia- no tiene todavía el financiamiento que precisa.

En una nota publicada en Infobae que provocó la furia del eje Massa-Cristina, Guzmán alertó sobre un aspecto clave de cara a lo que viene: que el gasoducto y la pretendida integración gasífera continental vayan de la mano con la reducción del precio de la energía en el mercado local y no con su aumento. Para el ex ministro, eso facilitaria energía más barata para la industria nacional y aumentaría la competitividad de un sector que genera empleo, agrega valor y demandaría, en ese caso, menos divisas.

La infraestructura del gasoducto transformará al gas en lo que hasta hoy no era, un bien transable que podría ser demandado desde Brasil y otros países. Entonces, si no hay marcos regulatorios claros fijados por el Estado, las empresas productoras de gas podrían decidir vender en el mercado local solo al mismo precio que conseguirían en el exterior.  

Es parte de lo que se tendrá que definir hacia adelante. El transporte de gas desde la segunda mayor reserva de gas shale en el mundo le permitirá al país sustituir importaciones, reducir subsidios y ahorrar divisas, en un contexto en el que las reservas netas tienen un saldo negativo de alrededor de 5000 millones de dólares.

El gobierno heredó una deuda descomunal que Macri contrajo en tiempo récord y desaprovechó, al mismo tiempo, un superávit comercial excepcional que, el centro CIFRA de la CTA de Hugo Yasky, estima en 45.500 millones de dólares entre diciembre 2019 y marzo de este año. Según el estudio, que coincide con otros que existen en el gobierno, al menos U$S 24.600 millones de ese total fueron destinados entre 2020 y 2022 a que un grupo selecto de empresas cancelaran la deuda que había contraído en tiempo récord durante el macrismo y en paralelo al endeudamiento público. Entre ellas, había muchas del sector energético.

Mientras el poder económico festeja el acotado menú electoral que cerró la grieta a nivel de la oferta, las acciones argentinas subidas al trade electoral, el optimismo de mediano plazo contrasta más fuerte con la urgencia que domina el frente de las reservas. También con una Argentina del mañana que pone a las exportaciones como prioridad pero se desentiende del continente de pobres que en el presente queda al margen de las imágenes de prosperidad. La desigualdad, lo acaba de admitir el INDEC, no para de profundizarse. 

Según el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA Agustín Salvia, el dato de pobreza ascenderá a 43% en la medición de septiembre. En base a los informes de la UCA y la Universidad Di Tella, Perfil estimó que la inflación de los últimos seis meses expulsó a un millón de personas más bajo la línea de la pobreza y hoy son 12,5 millones los que habitan en el borde. Es el peor dato desde 2006.

Si el pacto con el Fondo no se alcanza antes de las primarias, en el mercado algunos alertan sobre la incertidumbre que podría afectar la candidatura de Massa. De acuerdo al último informe de la consultora PxQ de Emmanuel Alvarez Agis, hasta el 13 de agosto, el gobierno no hará nada de lo que reclama el Fondo: ni devaluar ni desboblar, apenas apretar el control sobre las importaciones y profundizaar su impacto recesivo. “Pos-PASO la política económica dependerá del resultado electoral y la capacidad del gobierno de evitar una devaluación puede verse disminuida si las urnas no lo favorecen”, dice.

Al gobierno le faltan los dólares ahora. Argentina registró en junio el mayor déficit comercial de la historia con Brasil, 1.042 millones de dólares, muy por encima de los registros ya elevados de abril y mayo Según la consultora Abeced de Dante Sica, el rojo comercial bilateral con el país de Lula se disparó un 351,6% en relación a junio de 2022 y en el primer semestre asciende $3500 millones, producto del boom de las importaciones de soja para molienda que llegó al récord por la sequía.

La derrota del peronismo en San Juan despues de 20 años y en San Luis después de 40 años entusiasman a los que como Patricia Bullrich creen que en las urnas se expresará el rechazo a toda forma de peronismo. Lo sufrió tambien el cordobesismo de Juan Schiaretti, que pagó caro su intento de abrazarse a Horacio Rodriguez Larreta a último momento. El otro gran dato que da cuenta de la distancia entre sociedad y politica es el abstencionismo y el voto en blanco que crecieron en ocho de las 12 provincias que votaron.

A nivel nacional, con el creador del Frente Renovador y con Juan Grabois como candidatos de Unión por la Patria, tambien el peronismo ortodoxo que votó a Fernández en 2019 se declara huerfano y se debate entre quedarse en su casa o votar a candidatos del PJ que van por afuera de la la alianza oficialista.

Larreta define el voto a su gran amigo Massa como el de “la reeleccion de la inflación” pero parece ser Bullrich la que más capitaliza el enojo con el gobierno. Según la última encuesta de la consultora Circuitos, la ex ministra (23,4%) va camino a duplicar al jefe de gobierno (12,9%) como candidata a presidente en provincia de Buenos Aires. Massa es el más votado a nivel individual en la innmensidad bonaerense (26,9%) y Grabois reune solo 1,7%. Pero la suma de los frentes le otorgaría una ventaja de 8 puntos a la oposición de Juntos con un factor adicional: Javier Milei lograria 13,7% puntos que serían el gran factor de disputa de cara a una segunda vuelta.

En la pelea por la gobernación, Axel Kicillof obtendría 31,7% pero quedaría debajo de la suma de Diego Santilli (22,3) y Nestor Grindetti (13,2%), pese a que Carolina Piparo obtendria 7,6% que juegan a favor del gobernador. En el cuarto oscuro, habrá que ver qué tipo de tracción ejercer los candidatos a presidente en la pelea por gobernar la provincia de Buenos Aires. Si levantan o hunden a los que van a la madre de todas las batallas.

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