La furia de Milei con Eurnekian

Nota publicada en La Política Online el 24/09/2023. Foto: TÉLAM

Dan a Bullrich fuera de carrera y se eligen para coexistir más allá del 22 de octubre. Los datos duros del INDEC, el reciclaje del poder económico y el detrás de escena de la derecha que se parte.

Los funcionarios del eventual gobierno de Javier Milei dicen que está furioso con Eduardo Eurnekian. Responda o no con su ametralladora discursiva, el candidato de La Libertad Avanza no esperaba que el magnate que lo tuvo contratado como jefe de economistas durante casi 15 años lo tratara de dictador en público y considera que sus declaraciones son un acto de deslealtad.

El enojo de Milei es tan grande que de repente en su entorno recuerdan que Eurnekian arrancó su carrera de empresario exitoso cuando, en 1982, le compró a un coronel del Ejército la licencia del Canal 5 de La Lucila, en Vicente López, para montar la marca de Cablevisión que en en tiempos de la Convertibilidad lo catapultó a la liga de multimillonarios argentinos.

Eurnekian dijo más de una vez en reuniones privadas que apenas conocía a Milei, uno entre tantos de sus empleados. Pero Milei afirma todo lo contrario, dice que lo asesoraba en temas centrales para sus negocios y que se veían varias veces por semana. Se conocen demasiado.

Los excesivos elogios de Eurnekian a Patricia Bullrich se prestan a diferentes interpretaciones, pero resuenan en una campaña electoral en la que los distintos actores del poder que le dieron de comer a Milei buscan desligarse de su ascenso. Nadie se hace cargo: ni el peronismo que lo creyó un aliado contra Juntos, ni el macrismo que pensó en utilizarlo para centrar la discusión política en el extremo derecho, ni los empresarios que como Eurnekian le abrieron todas las puertas. No solo Guillermo Francos, Nicolas Posse o Mariano Cuneo Libarona figuran en el esquema de gobierno que diseña Milei. Matías Patanian, el actual vicepresidente de Corporación América, recordó hace 20 días ante Perfil que fue el encargado de presentar a Milei con Alejandro Fantino un día de 2016 y que ese misma noche el conductor de Animales Sueltos inició el proceso de relegitimar las ideas privatistas que Milei expuso en televisión con una eficacia letal.

A Milei lo enfurecieron las críticas de Eurnekian por la relación que los une pero también porque no lo esperaba. Muy pocas horas antes, el dueño de Aeropuertos Argentina 2000 había declarado ante The Economist en un sentido muy distinto. “Milei es un economista, un tecnócrata. Alguien con propuestas que no son nuevas desde el punto de vista internacional y en quien confío será el candidato más promercado. Creo que sería muy buen presidente”, dijo. Ante el medio británico, Eurnekian recuperó por un rato la memoria: “Era muy buen empleado, informado y capacitado, una persona muy sería. Su honestidad lo caracterizaba y eso es importante”, apuntó. Las diferencias que marcó for export -el dólar como moneda única y los ataques al Papa Francisco- estaban lejos del operativo despegue que ensayó en el almuerzo del Consejo para el Comercio y la Producción en el Sheraton.

Milei no se pronunció sobre el tema, pero en su entorno algunos piensan que los dardos de Eurnekian le permiten liberarse de su padrino en caso de acceder a la presidencia. El candidato, que alguna vez osó definir al multimillonario de origen armenio como un “empresario schumpeteriano”, hoy deja trascender que puede revisar los negocios que su patrón de ayer tiene con el Estado. Nadie puede imaginar que sea capaz de incluir a su antiguo empleador en la lista del capitalismo prebendario que vive de los negocios con el Estado.

Eurnekian conoce a toda la plana mayor de la política. Sergio Massa se mueve en su mansión de Martínez como si fuera el dueño, Milei estuvo allí este mismo año acompañado por sus colaboradores y Patricia Bullrich lo frecuentó más de una vez en los últimos años. También Carlos Melconian estuvo contratado como asesor externo de su compañía. Su poder trasciende los ciclos electorales. Hace 10 días nada más, el gobierno le adjudicó a la empresa Unitec Blue, en la que Eurnekian está asociado con la alemana Mühlbauer, el contrato de los nuevos DNI y pasaportes.

En el entorno del economista que sueña con privatizar desde el agua hasta las calles dicen que hoy gobernadores electos, empresarios y dirigentes se agolpan para llegar a él. Lo que hoy es pedido de estricta reserva mañana puede ser explícito como lo acaban de hacer desde Eduardo Constantini hasta Alejandro Bulgheroni. El detrás de escena del poder registra desde el 13 de agosto infinidad de pequeños movimientos que le dan la espalda a una sociedad que sufre la licuación de ingresos por la inflación descontrolada, hace malabares para afrontar la violenta suba de los alimentos, el costo de los alquileres y el campo minado de una economía sin precios.

Un dirigente que milita convencido por la candidatura de Patricia Bullrich cuenta que recibió en los últimos días varios mensajes para lograr un puente con un operador de Milei. Un empresario que acompañó en el origen la aventura de Mauricio Macri hacia el poder y se fue a vivir a Europa cuando ganaron los Fernández le anuncia a sus amigos que acaba de regresar. “Me volví. Vine a ayudar”, repite. Es uno de los que cree que Milei puede ser Menem. Un economista que diserta de forma habitual ante el empresariado y rechaza la dolarización se sorprende con los hombres de negocios que salieron del closet y defienden a Milei.

No es posible unificar a las tribus de un establishment acostumbrado a cambiar de piel para salvar su interés personal, pero en muchos de los que se decían lejos de la política ahora se advierte un corrimiento grosero. La mayoría persigue un objetivo: saber con quién hablar en la jauría que entorna a Milei.

Otros están invirtiendo lo que les queda para sostener a Bullrich como sea. Los esfuerzos de LN+ podrían incluso ser dignos de elogio en un contexto donde ni Macri sabe qué es lo que quiere. El mileismo dice que el canal de los Saguier tiene demasiados compromisos con el ex presidente y en la señal que se hizo grande en el rechazo al extinto Frente de Todos se quejan de que Milei los maltrata en público.

De fondo, aparece la división entre sectores de derecha que ya se experimentó en otros países. El choque de Donald Trump con el sistema de medios no reconoce fronteras ideológicas y Steve Bannon vive ahora como una victoria la salida formal del magnate Rupert Murdoch de Fox News. Cerca de Milei, razonan de manera similar y piensan que las críticas de los animadores de LN + generan votos en la base de la pirámide social a la que Juntos nunca pudo entrar como quería.

Bullrich, que a la vuelta de los años tiene que ponerse un traje de moderada, sigue apostando a que el antikirchnerismo le permita acceder al balotaje. Pero pelea casi en soledad porque la dirigencia de Juntos está partida de hecho.

Macri dice que la apoya pero le pide en público a Milei que no se enoje (también) con él. El ex presidente apuesta a que prohombres de su entorno como German Garavano, Andres Ibarra y Guillemo Dietrich integren el eventual gabinete de Patricia. Pero se queja de los soldados que le prestó a su ex ministra y hoy reportan directamente a ella: siempre obsecuentes aunque no tan macristas. Además, factura el haber cedido los aportes del financista Pierre Pejacsevich para la campaña de Bullrich. Aunque Patricia todavía no ganó nada y Macri se cree vencedor con dos candidatos, él está convencido de que ella le debe parte de lo que tiene.

Bullrich no pudo ordenar a la alianza antikirchnerista para la campaña como hizo Massa con el peronismo que se rinde a su conducción y tiene a Cristina como su principal garante. No sólo se percibe entre actores importantes de la dirigencia que se tomaron la recta final hacia octubre casi como un receso. También en la provincia de Buenos Aires Milei capta apoyos de los perdedores de la primaria de Juntos. En San Isidro, por ejemplo, el mileismo dice que los votos de la dinastía Posse no van a acompañar al neobullrichista Ramón Lanús y se entusiasma con ganar el municipio. No es el único lugar donde la ultraderecha piensa en crecer.

En el sur del conurbano bonaerense y en partidos del oeste como Merlo y Moreno, los armadores de Milei se ilusionan con mejores resultados de los que ya registran las encuestas. Es la hora de la provincia, dicen. Tal vez por eso Axel Kicillof haya decidido asociar al ganador de las primarias con el choreo de las AFJP. Según los sondeos que circulan en el gobierno, Milei crece en provincia desde el 13 de agosto en detrimento de Grindetti y le permite al único gobernador kirchnerista acceder cómodo a su reelección. A nivel nacional, la cuenta es otra. Tal como se anticipó en esta columna la semana pasada, Massa parece haber tomado nota de que, si Bullrich cae demasiado Milei, puede ganar en primera vuelta.

Después de tensar al máximo a Juntos para que Milei se sume a la coalición, ahora la ex ministra advierte que el economista tiene más de un vaso comunicante con Massa. El vínculo Massa-Milei del que habló Macri en su visita a Córdoba despierta todo tipo de acusaciones y especulaciones. El apoyo del vindicador cavallista a la eliminación del Impuesto a las Ganancias para la aristocracia obrera que ordenó Massa es apenas un eslabón de una cadena que los une.

Con poderosos nexos en común, una estrecha relación personal y una legión de dirigentes que deambulan entre el massismo y el mileismo, el ministro candidato y el ganador de las primarias se eligen como rivales en el calendario electoral y ven destinados a convivir de la mejor manera, más allá del 10 de diciembre. Piensan que la definición del país que viene está entre ellos, gane quien gane.

Massa invierte todo lo que tiene para entrar al balotaje y las encuestas que encarga ya lo dan en el lugar que quiere para pelear hasta el 19 de noviembre. Milei, que ya le perdonó la vida al ministro en sus conversaciones con el Fondo, también lo prefiere como rival de cara a la segunda vuelta y no solo porque está convencido de que le gana. El fundamentalista del ajuste cree que puede contar con Massa como aliado en un eventual gobierno de La Libertad Avanza. Lo dijo Marina Dal Poggetto, la economista que citó Cristina en su reaparición en la UMET, en una reunión con empresarios importantes, hace algunos días. “Milei le compra la gobernabilidad a Massa y le compra el programa a Cavallo”. Algo bastante parecido a lo que Macri ensayó, pero arruinó en el camino y no pudo completar. 

El neomenemismo que renace en el Círculo Rojo hoy olvida los costos que generó la experiencia que se inició hace más de tres décadas y, sobre todo, cómo terminó. Pero también barre bajo la alfombra los dos años de inestabilidad que le llevó a Menem hacer pie, desde que asumió en julio de 1989 hasta que Cavallo instauró la ficción contable de la Convertibilidad, en abril de 1991.

La votación de Ganancias adelantó un escenario con el que el ministro de Economía especula desde hace tiempo: la posibilidad de que Juntos estalle en mil pedazos después del 22 de octubre y una parte de la coalición que va de Emiliano Yacobitti y Martin Lousteau hasta Horacio Rodriguez Larreta y Emilio Monzó se sume a su proyecto de gobierno bajo el paraguas de la unidad nacional. Nadie quiere esperar. Un consultor que trabajó para Larreta hasta el 13A y tiene una llegada envidiable al poder económico ya le dijo a Massa que, si el balotaje se confirma, al día siguiente se sumará sin disimulo a su campaña. Todavía guarda algunas formas por respeto al difunto proyecto presidencial del jefe de gobierno.

Son los desplazamientos en una dirigencia que no registra la palabra autocrítica y ya busca reinventarse para seguir adelante. Sin embargo, todavía falta demasiado por recorrer. Para Ecolatina, el impacto de la devaluación que ejecutó Massa por orden del Fondo no terminó y la inflación de la primera quincena del mes fue de 15,3% en el Gran Buenos Aires. Aunque la segunda quincena experimenta una desaceleración, la consultora que fundó Roberto Lavagna espera que la inflación de septiembre quede por encima del 11%. Se suma al aumento de la desigualdad que acaba de registrar el INDEC y a los datos del continente de pobres que se elevó durante la gestión Massa y se van a difundir el miércoles. Hacia adelante, el informe de Santiago Manukian prevé que la fragilidad macroeconómica, la ausencia de anclas y la incertidumbre electoral lleven la inflación al 170% a fin de año, siempre y cuando Massa logre evitar nuevos shocks. El 23 de octubre es otro mundo y nadie arriesga a decir qué puede pasar.

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