Jorge Sarghini, diputado nacional por Consenso Federal, ex secretario de Hacienda de la Nación y ex ministro de economía de la PBA, conversó con Diego Genoud acerca de el debate económico, las diferencias en el gobierno y las causas de la inflación.
También estuvo en el programa Silvia Saravia, coordinadora nacional de Barrios de Pie. Charló sobre la protesta de los movimientos sociales no alineados con el gobierno, el aumento de la pobreza, la demora en la entrega de alimentos y el debate en el oficialismo por la Tarjeta Alimentar.
“El presidente que no se ubica”. Editorial de 12/6/2021 en FM Milenium.
Semana déjà vu, semana ya vivida, la que está terminando en estas horas, que nos devuelve una postal repetida, la de un Gobierno que avanza y retrocede, por un lado. La de un Presidente que se habla encima, por el otro.
“El Gobierno en modo Foyth”, como tituló Letra P hace unas horas también, una nota después de que Alberto Fernández hablara en el Museo del Bicentenario ante el presidente español Pedro Sánchez. Cuando, sobre el final de un partido que tenía ganado, el presidente se hiciera un gol en contra, en el último minuto. Algo parecido a lo que le pasó a la Selección Argentina ante Colombia pero, en este caso, con un único responsable: Alberto Fernández. Que, en presencia del presidente español y de un grupo de empresarios de España y Argentina, cuando tenía servido un episodio, un acontecimiento que beneficiaba al Gobierno con el respaldo de España en las negociaciones con el Club de París, en el acuerdo con el Fondo que todavía no madura pero que está en camino, en ese momento, Fernández recordó esta frase de Litto Nebbia: “los argentinos descendemos de los barcos”.
En un instante, nada más, el presidente de los argentinos quedó mal con medio mundo. Por supuesto, con los pueblos originarios de la Argentina. Por supuesto, con Brasil. Por supuesto, con
México. Con medio país que lo rechaza desde siempre y con algunos dudosos también. No es la primera vez que pasa, por eso es sintomático y puede ser preocupante para el Gobierno. Incluso, para sus adherentes. El presidente tiene la capacidad de arruinar incluso los contados momentos que se le presentan a su favor.
Me parece que más allá de la anécdota, más allá de las críticas, más allá del error, del agravio, de la polarización y del show de la grieta, hay algo en ese desliz del presidente y es que el presidente no se termina de ubicar 18 meses después de asumir la presidencia. En ese episodio con Pedro Sánchez, uno puede advertir que Fernández vuelve a cometer el mismo error. Porque habla para sus amigos. Porque habla como si estuviera en el living de su casa contando anécdotas con Litto Nebbia.
Y no fue el único dato de la semana que nos trae una postal repetida, una semana déjà vu. En las
últimas horas, también se conoció el Proyecto de Ley del Gobierno, de Sergio Massa y de Máximo
Kirchner, para crear un Programa de Fortalecimiento y Alivio Fiscal para Pequeños Contribuyentes.
Alivio fiscal para monotributistas. Casi 4 millones 100 mil monotributistas que, si se aprueba este
proyecto de la bancada del Frente de Todos, van a ser beneficiados por una moratoria de 60
cuotas, un plan de facilidades de pago. Es una medida positiva que llega tarde, después de que el Gobierno cometiera el error de anunciar, a través de la AFIP, el cobro de un aumento retroactivo del 35% para los monotributistas. Uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Una porción fundamental del electorado. 4 millones de personas que ahora van a ser beneficiados pero hace una semana iban a ser perjudicados, pese a que siguen siendo una de las franjas más golpeadas por la
pandemia, por la crisis, por la recesión, por la situación que vive la Argentina.
¿Por qué lo ligo a este dato, el ida y vuelta del Gobierno con los monotributistas, con la expresión de Alberto Fernández? Porque son errores repetidos en el Gobierno del Frente de Todos. Un presidente que habla de más, un presidente que se pierde hablando de más y un Gobierno que va y viene. Que hasta lo bueno que tiene para anunciar o es desautorizado por sus propios partidarios, por sus propios funcionarios, como fue con la ampliación de la Tarjeta Alimentar, o viene después de un paso en falso, como en este caso. Que Mercedes Marcó del Pont dice una cosa y después Fernández se reúne con Massa, con Guzmán, con Raúl Rigo -que es el especialista en presupuesto que tiene el Gobierno-, y sale por la ventanilla de Massa y de Máximo Kirchner un proyecto para aliviar a los monotributistas que antes habían ido castigados.
Un presidente que habla de más y un Gobierno que va y viene. Podría ser ese uno de los modos de
describir a un Gobierno que ya lleva 18 meses desde que asumió. Y de fondo, lo de siempre. De fondo la pandemia y la crisis. Más de 83 mil muertos. Los casos que no ceden. La situación que sigue siendo preocupante. Si uno toma el transporte público para ir o venir de la Capital al Conurbano, o del Conurbano a la Capital, se da cuenta de que se viaja de una manera en que no se condice con las restricciones ni con la situación actual, con el crecimiento exponencial. Fuera del AMBA, pero también en el AMBA, viajar en el transporte público es muchas veces una especie de sálvese quién pueda. En ese contexto es que el Gobierno y el Presidente dan los pasos en falso que vienen dando.
Datos de esta semana. Los difundía un periodista de La Nación, Esteban Lafuente, en base a estadísticas de la Ciudad. En la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, una de cada cuatro personas vive en situación de pobreza. 26,5% en la Ciudad de Buenos Aires son pobres. Uno de cada diez, 9,7%, están directamente en la indigencia. Mientras crece la pobreza y la indigencia, en la Ciudad de Buenos Aires se comprime también la clase media, 8% en cuatro años. Un hogar tipo, de cuatro integrantes, necesita 96.995 pesos por mes para no caer en la pobreza en la Ciudad de Buenos Aires. La pobreza subió 11% en cuatro años: pasó de 14,9 a 26,5%. Son los valores más altos desde 2015, en la Ciudad más rica del país. Donde, además, si uno mira con respecto a un año atrás, comprueba que la indigencia subió 51% interanual en mayo. Y 45% más de pobres en la Ciudad de Buenos Aires con respecto al año pasado.
En un escenario donde, también una noticia de la semana pasada, según Zonaprop, aumentaron
los alquileres. Un 71% en un año en el distrito más rico de la Argentina. Aumentan la pobreza y la indigencia, se achica la clase media, aumentan los alquileres y los precios que no frenan.
Datos que comparto de un centro de estudios que suelo citar, el Mirador de Actualidad del Trabajo
y la Economía. Desde octubre de 2020, la inflación está por encima del 3% mensual. Son siete meses consecutivos, si se cuenta mayo, cuyo dato vamos a conocer la semana que viene. Hice una entrevista para elDiarioAr con Santiago Cafiero, y él reconoce que la inflación va a estar por encima del 3% . Y, según dice el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía, esto no pasaba desde la primera devaluación de Mauricio Macri, cuando se le quemaron todos los papeles, cuando salió a pedir socorro ante el Fondo en abril de 2018.
Esto sirve para ubicarse, para dimensionar el contexto en el que el Presidente no se ubica. En el que el Gobierno vuelve a cometer los mismos errores. Un Gobierno que, además, acaba de liquidar los Precios Máximos. Pasaron a mejor vida, ya no existen más. Inventaron, desde la Secretaría de Comercio, desde el Ministerio de Producción, programas de precios con un nuevo slogan, Precios de Cerca, que vienen ya con un colchón de aumento de hasta un 40%. Los nuevos precios congelados vienen montados en una estampida. Y, un problema fundamental para el Gobierno en año electoral, es cómo hacer para conjugar la inflación, en especial la de los alimentos que es la que más impacta en los sectores de menos recursos. Antes, con Precios Máximos, el Gobierno se proponía congelar 70 mil precios. Por supuesto, no lo pudo hacer. De esos 70 mil precios, hoy quedan 70 precios, que además vienen con un aumento de hasta el 40%.
En ese contexto donde los precios no frenan, los salarios se comprimen y no estaría funcionando
la idea de Guzmán y del Gobierno de los Fernández, de que los salarios le iban a ganar a la inflación.
Datos de una consultora del sector privado, del IARAF, Instituto Argentino de Análisis Fiscal. Un
empleado que pertenece al sector informal, en el último trienio, dejó de cobrar el equivalente a siete sueldos. Eso es lo que perdió con la inflación alguien que no está registrado. Mientras que si pertenece al sector formal de la economía, está registrado con todas las garantías de un empleo en blanco, también perdió con la inflación. Tres sueldos en tres años.
La devaluación en Argentina genera impacto en los precios y eso, obviamente, impacta en el salario real porque Guzmán pudo frenar la devaluación que le exigía el mercado en octubre. Sin embargo, la economía reaccionó como si hubiera habido una devaluación y como si el dólar estuviera hoy a $200.
Mientras el escenario de los que menos tienen, de los que viven de un ingreso en pesos, transcurre de esa manera, corriendo detrás con respecto a la inflación, el mercado pareciera estar de fiesta. Si uno mira las acciones, si uno mira el riesgo país, si uno mira cómo algunos vuelven a timbear y a ganar en la bolsa. En un contexto donde el Gobierno todavía no tiene el acuerdo con el Fondo que quería Guzmán, uno se pregunta por qué. Por qué los bonos repuntan, por qué las acciones repuntan, por qué la timba vuelve a florecer. Por qué la especulación vuelve a rendir mientras la economía real no termina de arrancar. O lo hace solo en algunos sectores, mientras otros continúan muy afectados por la pandemia. El consumo no arranca por este contexto de la carrera desigual que van corriendo los salarios con respecto a los precios.
Sin embargo, si uno mira el mercado, esas manzanas que rodean a la Casa Rosada, lo que se
conoce como la City. Hoy un radio que está desierto, una Ciudad fantasma. Ahí pareciera ser que florecen las ganancias. Leía un estudio de Emmanuel Álvarez Agis en los últimos días, por qué reaccionan los bonos, por qué reaccionan las acciones. Está la hipótesis, aparentemente en el mercado, de que el Gobierno va a perder las elecciones de medio término. Eso hace pensar a muchos de que es el momento de comprar bonos que están regalados. Después Álvarez Agis dice que ese cálculo del mercado está mal hecho porque, si el Gobierno pierde las elecciones, todo indica que se va a replegar sobre su círculo más estrecho, de afinidad. Se va a endurecer el Gobierno y es probable que los bonos vuelvan a caer en un escenario de derrota como el que se supone prevé el Mercado.
Lo traigo para mostrar el contraste en esta Argentina que es mil argentinas distintas. Donde hay 45% de la población, 20 millones de personas bajo la línea de pobreza, y hay otro sectores que siguen ganando y ganaron mucho. En un contexto donde hay fiesta en los mercados pero llegar a fin de mes es una verdadera epopeya para la mitad de la población. Ese contexto es en el que el presidente se pierde y no se ubica. Es un síntoma preocupante para el Gobierno porque el presidente se olvida del lugar que está ocupando. No solo se olvidó ese día. Algunas veces, en este espacio lo mencioné, también se olvida cuando se pone a charlar largamente con periodistas amigos y termina hablando de series de Netflix.
Fernández no toma nota de que por un dedazo de Cristina y por la alianza del peronismo, la más amplia unidad, se convirtió en presidente. Ya no es más un panelista. Ya no es más un operador. Ya no es más Jefe de Gabinete. Hoy tiene, como base de su poder, a su palabra. En ese contexto, la frase que se convirtió en meme, que se convirtió en crítica, que se convirtió en rechazo, que se convirtió en furor, me parece que es un síntoma preocupante. Un presidente que no se ubica en el rol que le toca y se olvida del lugar que está ocupando, del drama que le toca gobernar.
