Fuera de Tiempo con Ezequiel Kopel

Ezequiel Kopel, periodista especializado en Medio Oriente, conversó con Diego Genoud sobre el origen del conflicto palestino israelí, las diferencias políticas al interior de cada país, el carácter de apartheid de la ocupación israelí en territorio palestino y la incidencia de Estados Unidos en la región.

“Hagan algo”. Editorial de 22/5/2021 en FM Milenium.

Una semana más para el Gobierno de Alberto Fernández, de Cristina Fernández de Kirchner, del
Frente de Todos, con una realidad otra vez gobernada por el Covid, por los números que en algún momento se supuso empezaban a ceder, a mostrar una curva en descenso. Pero que, a medida que se acerca el invierno, confirman que estamos otra vez en el peor de los escenarios. Un país que va camino a los 73 mil muertos desde que se inició la pandemia, con un crecimiento exponencial en las últimas semanas e incluso en lo que va del año. En estos cinco meses, tenemos alrededor de 30 mil fallecidos. El año pasado cerramos en poco más de 40 mil. En cinco meses, se acumularon la misma cantidad de muertes que en todo el año pasado.

La tendencia se profundiza a una velocidad que la vacuna no puede compensar. La vacuna que va llegando, con 12 millones de dosis aproximadamente en la Argentina, lo hace de a poco. El operativo vacunación no puede conjurar ese crecimiento exponencial del virus que cada día se está cobrando más muertos, con jornadas en los que tenemos 35 mil, 40 mil contagios. 200 mil en una semana. Otra vez, las terapias llenas en la Ciudad de Buenos Aires, en el Gran Buenos Aires, en provincias como Córdoba y Santa Fe.

Alrededor del 50% de los contagios son fuera del AMBA. Otra vez, el virus que gobierna la agenda del Gobierno empieza a irradiar desde el centro hacía la periferia. Con terapias llenas otra vez, con un aumento del 36,6% en la ocupación de camas en la Ciudad de Buenos Aires en los últimos días. Y nuevamente la preocupación por la falta de camas, por la falta de oxígeno, algo que puede resultar lejano para el que no padece el virus pero que es una realidad muy concreta para miles de personas que están sufriendo hoy los contagios del coronavirus.

En ese contexto, donde el desborde sanitario vuelve a ser una preocupación, vuelvo sobre el programa especial del 1° de mayo en el que hablábamos con Cecilia Loudet y nos contaba cuál era la
realidad en las terapias intensivas de todo el país. Desde entonces todo empeoró. Es muy difícil
transferir esa experiencia traumática que viven los que están en una terapia intensiva, los que
trabajan en los hospitales y sanatorios de todo el país y los que se enfrentan a una realidad que no
esperaban. Con este panorama, se da otra de las noticias fundamentales de esta semana. Por un lado, las restricciones que vuelven. Hay que ver hasta qué punto esas restricciones van a ser
cumplimentadas, tomadas como válidas por la población y hasta qué punto pueden detener esta curva en ascenso. Y, por otro lado, mientras Alberto Fernández vuelve al encuentro con los
gobernadores para tomar estas medidas, tenemos una realidad de caída del consumo que no se revierte y que lleva ya, por lo menos, tres años en la Argentina.

Dentro de esa realidad, hay un capítulo especial, quizás uno de los más sensibles: los aumentos de precio de los alimentos, con el agravante para la mesa de los argentinos que es la suba de la carne. Una de las comidas preferidas, que forma parte de la cultura de los argentinos es el asado, que aumentó 20% en cuatro meses, 95,8% en los últimos doce. Una cifra que triplica la inflación del 2020. La carne picada también, por ejemplo: 23,8% en cuatro meses, 63,9% en los últimos doce meses. Cifras que duplican el aumento general de precios, los números generales del IPC.

Ese aumento de precio explica la caída del consumo en Argentina. Hoy en Argentina se está registrando el consumo de carne más bajo de los últimos cien años, según los números del sector. Se consumen hoy en el país 45 kilos por año por habitante, cuando en 2009 se consumían casi 70. Una caída estrepitosa. Y para no hablar del 2009, que es el comienzo de los problemas en la economía durante el conflicto con el campo, durante el conflicto internacional, durante los primeros problema serios que enfrentaba el kirchnerismo, hablemos del 2015, por ejemplo. En 2015 se consumían 58 kilos de carne por persona por año. Hoy 13 kilos menos. ¿Por qué? Habrá una serie de tendencias que lo expliquen, pero sobre todo el aumento de los precios, la caída del poder adquisitivo, la pulverización de los salarios.

Ese es uno de los temas que en este programa tomamos como uno de los temas centrales de la Argentina de hoy: la caída del salario real. Con ese aumento de precios, con esa caída del poder adquisitivo, “algo había que hacer”, dicen desde el Gobierno, y se decidió un cierre de las exportaciones de carne por treinta días. ¿Por qué? Por la especulación que hay en el sector, por la subfacturación de muchas de las exportaciones, según explican en el Ministerio de Desarrollo Productivo de Matías Kulfas. Por la evasión, por la triangulación, por una serie de maniobras especulativas que, según el Gobierno, repercuten sobre los precios y explican en parte ese aumento demencial.

¿Quién tomó la decisión? Ahí ya hace falta una investigación periodística de varios meses porque
nunca se sabe en el Gobierno quién toma las decisiones. No fue Martín Guzmán, que dicen que
está en contra de esta medida. Una más de las que Martín Guzmán, el ministro de Economía, no comparte. No fue Luis Basterra, el ministro de Agricultura, que ni siquiera estaba invitado a las reuniones donde se tomó esta decisión de cerrar las exportaciones por 30 días. Algunos piensan en Paula Español, la secretaria de Comercio. Otros piensan en Matías Kulfas que, sin embargo, escribió en contra del cierre de las exportaciones en “Los tres kirchnerismos”, un libro que le costó la enemistad eterna de Cristina Fernández de Kirchner. Ahí Kulfas cuestiona el cierre de las exportaciones de carne, aunque hoy parece Kulfas uno de los responsables de esta decisión, decisión obligada.

Vino Alberto Fernández desde Europa convencido de que algo había que hacer para frenar el aumento de la carne porque, además, vienen las elecciones. Se acercan indefectiblemente las elecciones en las que el Frente de Todos se juega, en parte, su sobrevida. Además tenemos, en el negocio de la exportación, un mercado hiperconcentrado dominado por cinco o diez jugadores. Empresas brasileñas, algunas locales como el grupo Beltrán que tiene su sede en Córdoba. Por supuesto, el supermercadista Coto, gran auspiciante en todos los medios de comunicación, muy pocas veces cuestionado pero uno de los jugadores fuertes en el negocio de la exportación de carne.

¿Qué pasó en los últimos años mientras caía el consumo? Creció la exportación de carne, creció la producción ganadera. Cuando uno consulta, pregunta a especialistas del sector -y si bien la exportación es una porción muy pequeña de la producción total de carne en Argentina-, dicen en el
Gobierno que eso presiona sobre los precios porque además viene acompañado por maniobras especulativas. Desde el sector privado, la respuesta es que el Gobierno vuelve a cometer el mismo error que ya cometió en el último cristinismo. Dicen: “El problema es la inflación, y si el Gobierno no resuelve la inflación, todas estas medidas van a terminar en nada”.

Por lo pronto, ¿qué lograron estas medidas? Que se unifique una vez más la oposición. Las viudas
de la Mesa de Enlace vuelven otra vez a cobrar protagonismo. Sobre todo, entidades como CRA
, que tienen peso en la zona ganadera. Vuelven a convertirse en opiniones autorizadas con el apoyo, obviamente, de Juntos por el Cambio. La medida vuelve a armar esa sinergia que en algún momento le dio mucho resultado al bloque opositor, medios de comunicación, entidades agropecuarias y oposición política. Ese triángulo que se potencia frente a las decisiones que vuelve a tomar el Gobierno contrasta con lo que sucede dentro del propio Gobierno.

La oposición se unifica en contra de esta medida, mientras el Gobierno se divide. No aparecen los padres de esta medida. Hubo un comunicado de La Cámpora diciendo que esto va a ser por un tiempo, pero desde el Gobierno fueron pocos los que la defendieron. Incluso se dice que el intento es dar marcha atrás con este cierre de las exportaciones de carne por treinta días. Aparecen las críticas dentro del propio Frente de Todos. Hay que escuchar nada más al gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, a senadores muy alineados con él como Roberto Mirabella, muy crítico con esta medida. Se demuestra otra vez que el Gobierno lleva la contradicción adentro. Y que se encuentra con un bloque opositor muy fuerte que además penetra dentro del Frente de Todos.

¿Quién tomó esta medida? No está claro. ¿Para qué se tomó? Tampoco parece fácil saberlo. Cuando uno habla con los funcionarios del Gobierno, nadie cree que los precios de la carne vayan a bajar con esta medida. De fondo hay una realidad que, incluso los defensores del sector agropecuario que existen dentro del Frente de Todos, dicen que en los últimos diez o quince años la frontera agropecuaria se expandió, con el monocultivo de soja, y quedó muy poco espacio para la producción ganadera, que aumentó en los últimos años pero que ya no puede aumentar mucho más. Ahí está el debate, cuánto se puede exportar, cuánto es necesario destinar al mercado interno en un contexto en el que el Gobierno quiere promover las exportaciones pero también quiere ganar las elecciones.

Hoy, la mayor parte de la población no come lo que quiere. No accede a comer lo que quiere.
Recordar las últimas cifras del INDEC: el 45% de la población está bajo la línea de pobreza en la
Argentina. ¿Para qué sirvieron la lista interminable de reuniones del Gobierno con el Consejo Agroindustrial Argentino? No se sabe. Otra vez está el Gobierno a las puertas de un conflicto con el Campo camino a las elecciones. Como dicen desde el Círculo Rojo, como dicen algunas voces que repiten siempre las mismas consignas, ¿se trata de que el kirchnerismo cometiendo los mismos errores, de que el kirchnerismo va por todo, de que vuelve a desempolvar el viejo manual que terminó en derrota en 2015? ¿O se trata de una realidad muy complicada para el Gobierno?

Con una pandemia que no afloja, con restricciones que obligan otra vez a dar paliativos y con una discusión interna dentro del Gobierno porque Guzmán no quiere que se vuelva al IFE y otros sectores sí le reclaman que vuelva. La consigna de Guzmán, del Gobierno, de Alberto Fernández de que los salarios le iban a ganar a la inflación, de un 29% anual, hoy parece un chiste.

¿Por qué el Gobierno toma esta medida? ¿Lo hace porque va por todo, como vuelven a decir las voces más previsibles de la oposición? ¿O porque algo tiene que hacer, aunque sea estéril? Ante una realidad que lo pasa por encima, con precios que pulverizan el salario y con las elecciones cada vez más cerca.

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