Fuera de Tiempo con Carlos Bianco

Carlos Bianco, jefe de asesores de Axel Kicillof, conversó con Diego Genoud acerca del Frente de Todos, la crisis económica y sus particularidades en la Provincia de Buenos Aires.

“Entre el Sheraton y la calle”. Editorial de 11 de junio en FM Milenium.

Otra semana cargada, después de la reparación conjunta de los Fernández, que parece haber sido hace muchísimo tiempo. El viernes pasado en Tecnópolis, poco antes de la renuncia de Matías Kulfas, ministro clave de Alberto Fernández que se fue en medio de una discusión muy fuerte, con alguna denuncia de corrupción y diferencias profundas que detonaron a partir del off the record del que tanto se habló.

Vimos al Presidente viajar a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles y que ya está de regreso. Un Fernández que habló en Los Ángeles en nombre de los países de la CELAC en un discurso de ocho minutos, que dejó muy contenta a parte de la comitiva argentina que viajó con él, que lo acompaña a casi todos lados. Porque Fernández habló del silencio de los ausentes. Se refería a Cuba, a Venezuela sobre todo. Dos países de los que dijo “vienen sufriendo un bloqueo”.

No estuvieron ni Cuba, ni Venezuela, ni Nicaragua. Se sintió mucho la ausencia de México. Andrés Manuel López Obrador tiene una relación distinta con Estados Unidos por compartir alrededor de 3 mil kilómetros de frontera. Dicen en la comitiva argentina, que López Obrador se puede dar el lujo de no viajar a la Cumbre de las Américas.

Más allá del optimismo o de la satisfacción del Presidente y de los funcionarios que lo acompañaron, fue una Cumbre devaluada. No solo por esas ausencias de las que hablábamos, sino porque también costó mucho llevarlo a Jair Bolsonaro. Y compartió un encuentro público con Biden en un cortocircuito mayúsculo porque el presidente de Brasil está muy ligado a Trump.

Fue una Cumbre devaluada por el propio Biden, por cómo llegó Biden y cómo está Estados Unidos hoy en relación a la región. Entrevisté esta semana a Guadalupe González, una académica del Colegio de México, para La Política Online: “Biden llega a esta Cumbre sin proponer nada, y lo que se ve es el desorden que tiene en política interior”. Y también Biden tiene distintas líneas, según los entendidos, que coexisten bajo su Gobierno.

Un Biden que había enviado a la región a uno de sus íntimos amigos, ex senador, a quien conoce desde los años 70. Christopher Dodd vino, estuvo en la residencia de Olivos con Alberto Fernández, luego viajó a Chile y a Brasil para evitar que la Cumbre fuera un fracaso completo, un fiasco absoluto y sin países de América Latina. Se fue con unos cuantos resultados. Por ejemplo, la presencia del presidente argentino que, en principio, agendó una bilateral con Biden en la Casa Blanca para el 25 de julio.

Biden está mal con la región porque, por ejemplo, mantuvo gran parte de las políticas de Donald Trump. Por incapacidad, por impotencia o por dificultades; porque tampoco tiene el número en el Congreso o porque la Justicia tampoco le responde, lo cierto es que la política migratoria de Biden sigue siendo la que trazó Trump durante el año 2020, durante la pandemia. Es una política muy dura con los que quieren cruzar la frontera desde México, desde Centroamérica. 

Biden organizó de compromiso esta edición de la Cumbre de las Américas que, como decía en este espacio Juan Gabriel Tokatlian, se organiza desde 1994. El Presidente de los Estados Unidos tiene obviamente problemas en el escenario doméstico porque su país registra hoy la inflación más alta de los últimos 40 años: 8,6% la inflación interanual, nada para la Argentina pero mucho para ellos. Todo eso lo complica de cara a las elecciones de medio término, que ya empezaron, y en noviembre van a ser un test muy importante.

Fue una Cumbre difícil, como decía Tokatlian en la entrevista que le hicimos en Fuera de Tiempo, como decía Guadalupe González. Y como lo dice un documento que escribieron un grupo de académicos, entre los cuales ellos también están: “Las Américas en tiempos adversos: en busca de una agenda renovada”. América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. Tiene aproximadamente 207 millones de personas bajo la línea de pobreza, lo que equivale al 32% de la población regional. Ese es uno de los temas centrales en los que piensa este grupo de académicos y estudiosos, tema que se debería haber tratado en esta Cumbre que acaba de terminar.

El Presidente volvió después de este viaje y se reencontró con una serie de problemas que siguen ahí, sobre la mesa. Primero, el Gasoducto Néstor Kirchner, todavía sin comenzar. Sabemos que se adjudicó la obra al Grupo Techint, parte de la crítica que hizo la Vicepresidenta en Tecnópolis, y parte de la discusión que después dio Kulfas en público. Porque Techint era el único, en apariencia, que podía cumplir con todos los requisitos para hacer un gasoducto en tiempo récord, como lo quiere el Gobierno. Tenerlo terminado para el año que viene, para el año electoral, para ahorrarse lo que según algunas consultoras, funcionarios y empresarios estiman en 3 mil millones de dólares por año. Argentina dejaría de importar combustible, que es lo que hoy está haciendo. Incluso, tendría la posibilidad de pasar a exportar gas desde Vaca Muerta. Hoy somos importadores pese a que el gas está en Vaca Muerta. 

Un problema que el Presidente tendrá que resolver porque, para hacer esa obra, como lo decíamos en el editorial de la semana pasada, le va a ahorrar dólares a la Argentina, y dólares se necesitan. Son los que está demandando Techint. Como dijo la Vicepresidenta, para pagarse a sí mismo, para traer desde Brasil la chapa laminada y construir los caños del Gasoducto Néstor Kirchner. Todavía ni se firmó el contrato, aunque se supone que será de un momento a otro.

Se fue Matías Kulfas y está llegando Daniel Scioli de Brasil. Está recién tomando posesión del Ministerio. Podríamos decir, se fue un ministro y llega un candidato. Alguien a quien, en un Frente de Todos tan heterogéneo, se le reconocen algunos méritos. El primero, la lealtad de haberse quedado dentro del espacio del peronismo, de no haber intentado en el último tiempo alguna alquimia por fuera. De mantener relación con las distinta alas del oficialismo, porque Scioli estuvo con el Presidente y tiene un contacto permanente con Alberto Fernández, pero también estuvo con Cristina Fernández de Kirchner en un encuentro que tuvieron hace aproximadamente dos o tres semanas.

Scioli viene a reemplazar a un ministro que Cristina nunca toleró. Un ministro que despreciaba al kirchnerismo, que cuestionaba muy fuerte, sobre todo la última gestión económica de Cristina y de Kicillof. Y que representaba, muchos piensan, el pensamiento de Alberto Fernández. Se fue el mejor ministro del Gobierno, dijo Emmanuel Álvarez Agis, ahora consultor, asesor de empresas, antes viceministro de Kicillof.

Habrá que ver si Scioli, en Producción, mantiene las líneas, si mantiene a los funcionarios, si mantiene la política. Muchos dicen que sí. Pero es sin dudas un ministro menos conflictivo, que además siempre es candidato a Presidente.

Además del gasoducto, además de la Cumbre, qué dejó esta semana, hubo dos exhibiciones de poder importantes, muy distintas una de otra. Una en el Hotel Sheraton, organizada por la Asociación Empresaria Argentina, los dueños más importantes de la Argentina nucleados. Con Héctor Magnetto del Grupo Clarín, con Paolo Rocca de Techint, con Luis Pagani de Arcor, Carlos Miguens, Alfredo Coto, que no estuvo, y Federico Braun, dueño de la Anónima y pariente de Marcos Peña, de Miguel Braun, el ex secretario de Comercio de Mauricio Macri. Muchos de ellos forman parte de esta asociación desde hace 20 años.

Como lo dijo el propio Pagani en un encuentro de la Universidad Di Tella hace algunas semanas, en los 90 se perdió una generación empresaria. En AEA están representados esos dueños que son los mismos que en el 2002 se organizaron para pedirle algunas concesiones al Estado. Salvo Martín Migoya, de Globant, el resto son los mismos que entonces. Por lo menos en los puestos de conducción.

Federico Braun se viralizó cuando habló de que cada vez que suben los precios, él es un actor decisivo. ¿Cómo maneja la inflación? Remarcando. Fue una de las declaraciones que más rebotó. Pero hubo otras, quizás más trascendentes. No que indigne tanto como esa en un contexto donde la inflación está descontrolada. Obviamente hubo cuestionamientos del Presidente, de la Vicepresidenta para un Federico Brown que, algunos dicen, hoy está más identificado con Javier Milei que con Juntos, que con Macri, después de verlo fracasar en el gobierno. Federico Braun terminó siendo el dueño del encuentro, se apoderó e incluso opacó a Magnetto y a Rocca.

El encuentro de AEA fue una demostración de poder importante. Había técnicos de la oposición, había economistas de la oposición. Estaba Prat Gay, estaba Luciano Laspina, estaba Hernán Lacunza. Molesta, preocupa, indigna a muchos lo de Federico Brown porque ya viene el dato del INDEC. La Argentina se encamina a tener 30% de inflación en los primeros 5 meses del año.

Datos recientes de la inflación en la Ciudad de Buenos Aires: 5,5% en mayo. En la Ciudad es más alta. Subieron las prepagas, las expensas, los alquileres, las comunicaciones, los alimentos. Hay que ver cómo viene a nivel nacional pero es una inflación preocupante, y algunos la ven corriendo al 70%, 80% interanual. 

La contracara de ese encuentro en el Sheraton fue la movilización de las organizaciones sociales de los trabajadores desocupados que están nucleados en organizaciones opositoras al Gobierno. Se llaman así mismos “trabajadores desocupados”, una categoría que remite a la última gran crisis, a la crisis del 2000-2001-2002, cuando faltan apenas unas semanas para que se cumplan 20 años de la Masacre del Puente Pueyrredón. Fue una demostración de fuerza muy impactante que tenía sorprendido incluso a algunos dentro del Gobierno. La movilización de la Unidad Piquetera, los cortes en los accesos a la Capital pero mucha gente en distintos puntos de concentración bajo la consigna “por trabajo y por salario contra el hambre y la pobreza”. 

El Polo Obrero, Barrios de Pie, Movimiento Sin Trabajo Teresa Vive, el Frente de Organizaciones en Lucha: organizaciones que están por fuera de lo que es el paraguas del Frente de Todos, que dicen que la comida no llega a los comedores populares, que se recortó la entrega de alimentos, que hay ajuste hasta en la polenta. Una postal de un momento muy difícil que están atravesando algunos sectores y que reclaman mayor atención por parte del Estado. Habrá una reunión con Juan Zabaleta, el Ministro de Desarrollo Social, la semana que viene.

Están pidiendo llevar el salario mínimo a $100.000, por arriba de la canasta básica, cuando el Salario Mínimo, Vital y Móvil hoy está en $45.540. Prácticamente duplicarlo porque la canasta básica de una familia tipo, lo decimos cada tanto en este espacio, según siempre cifras del INDEC está $95.000. Cifra que no cuenta el alquiler porque, se supone, que esa familia tiene una casa propia o vive de prestado o en un lugar donde no tiene que pagar.

Aquellas fueron dos postales importantes, dos demostraciones de poder antagónicas. La del grupo de dueños que lideran Magnetto, Rocca, Pagani, y la de estas organizaciones sociales que se paran por fuera del Frente de Todos. Quedan esas dos postales, como si alguien lo hubiera diseñado, como si fuera una coreografía preparada para mostrar lo que es hoy la Argentina. Por un lado, la concentración de la riqueza en AEA, con una serie de planteos estratégicos, demandas, muchas que son las mismas de siempre. Por el otro, la distribución de la pobreza que se expande aunque haya sectores de la economía que están creciendo, aunque haya restaurantes que estén llenos, aunque incluso se cree empleo. La inflación es la que pulveriza los ingresos. Una postal en el Sheraton, la otra en la calle.

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