Fuera de Tiempo con Guillermo Snopek

Guillermo Snopek, senador nacional por Jujuy y presidente del bloque Unidad Federal conversó con Diego Genoud sobre la reforma de la constitución, la persecución y la división del PJ en la provincia.

“Santa Fe, la legitimidad de Juntos y el fin del peronismo núcleo”. Editorial 18 de julio en Radio con vos.

Falta menos de un mes para el gran test electoral de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Argentina y el Fondo Monetario están negociando en estas horas en busca de un acuerdo que puede ser muy importante para el gobierno de quien fuera el Frente de Todos. Igual que hace tres meses, cuando desde el Ministerio de Economía se decía que ya había acuerdo. Sin embargo, desde el Fondo dicen que la negociación ya comenzó, que seguirán las reuniones durante los próximos días. En un contexto en el que tenemos a un ministro de candidato. 

Ahora sí, dicen, viene el acuerdo con el Fondo en el marco de la fragilidad de la que siempre hablamos. La inflación bajó al 6% y se festeja en el Ministerio de Economía. Sigue siendo una inflación demencial la de 115% interanual pero, por supuesto, es una baja importante. Sobre todo, si se la compara con el 7,8% del mes anterior y el 8,4% del mes de abril. ¿Hasta cuándo dura esa baja de la inflación? Esa es la pregunta que hay que hacerse cuando uno ve el frente del dólar, que aumentó $20 o $25 en las últimas semanas. ¿Por qué? Porque el gobierno se quedó sin reservas. Pese a un superávit comercial excepcional, hoy está con reservas negativas por una suma aproximada de 7.000 millones de dólares, según lo que dicen las consultoras como Ecolatina. Eso es lo que presiona al dólar, con una brecha que está al 90%. Sergio Massa pretende conjurar esa fragilidad en un acuerdo con Washington.

La noticia de la semana son las elecciones de Santa Fe, el tercer distrito electoral. Una provincia muy importante que venía de ser, y todavía está, gobernada por el peronismo. Sorprendió a muchos, o a casi todos, la victoria contundente de Maximiliano Pullaro, radical, sobre Carolina Lozada. 55% a 33% superó Pullaro, casi un desconocido a nivel de los medios que tienen sede en Capital Federal, a Losada en la interna de del frente que a nivel nacional es Juntos por el Cambio.

500 mil votos para este ex ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro y 325 mil para Carolina Losada. Es el mismo Ministro que en su momento fue Ministro de Seguridad de un frente con el socialismo. El radical ahora tiene la chance de gobernar la provincia de Santa Fe en un frente que es muy distinto. Con el PRO que manda a nivel nacional y los radicales a nivel provincial. En un envase más duro, asociado al macrismo.

Entre las múltiples conclusiones que uno puede sacar de la elección en Santa Fe también aparece la debacle del Partido Socialista que gobernó durante tantos años la provincia y también Rosario. Se ve en Mónica Fein, que sacó 135 mil votos, muy lejos del caudal de Pullaro. 

Muchas cosas para pensar. Primero, obviamente, las encuestas que volvieron a fallar. Hablaban de una paridad y terminó siendo una paliza electoral de Pullaro sobre la candidata de Patricia Bullrich. Segundo, se fortalece con esta victoria un eje que va desde Pullaro a Lousteau, desde Losteau a Larreta, desde Larreta a Morales, por sobre el eje de Bullrich con Macri. Por supuesto, una conclusión generalizada. La tercera conclusión es la catástrofe del peronismo que está en el gobierno en este momento. El gobierno de Omar Perotti, un gobernador que no tiene nada que ver con el kirchnerismo, podríamos decir, más afín a la sociedad y a la economía santafesina. Porque es el ex intendente de Rafaela, una ciudad ligada a la agronegocio. Este resultado no es solo una catástrofe para Perotti, es también para el peronismo en todas sus formas.

Finalmente, está también el resultado de Rosario. Allí aparece Ciudad Futura con Juan Monteverde dando una sorpresa, ganándole la interna al peronismo tradicional y yendo a una lección de final abierto con el actual intendente de Rosario, Pablo Javkin, otro radical. Recomiendo una nota de la Revista Crisis que cuenta un poco este escenario de la sorpresa de Rosario en un contexto de catástrofe, insisto, para el peronismo, para lo que era el Frente de Todos.

¿Qué se puede decir de Pullaro, este ex ministro de Seguridad que enfrentó a Bullrich pero cuando estuvo en funciones se llevó muy bien con ella? En Pullaro puede leerse, también, una nueva generación que están reconciliando al Partido Radical con el poder. Un dato de enorme relevancia histórica, porque se suponía que los radicales ya no tenían nada que ver con el poder, que era solo un tema del peronismo después del 2001. Ahora no: hay radicales que ganan elecciones, que pueden gobernar por primera vez Santa Fe en 60 años, de la mano de Pullaro.

Porque a Pullaro se lo puede ver en línea con Losteau. Se entusiasman los radicales al ver que le pueden ganar a Jorge Macri en el maxikiosco de la Ciudad de Buenos Aires. Habrá que verlo. También se puede ver a Pullaro en línea a Rodrigo de Loredo, otro radical que compite en Córdoba en las próximas elecciones.

Primer nivel de análisis. Gerardo Morales tiene una serie de cargos pero no tiene el apoyo de gran parte de la dirigencia radical. ¿Por qué los santafesinos, que no quieren demasiado al peronismo, que no votaron a sus candidatos, decidieron no apoyar a Carolina Losada, una candidata criada en la probeta del antikirchnerismo visceral, una ex periodista que muy rápido ganó popularidad? En ese circuito chico donde se juega la legitimidad, donde está la verdad de cuatro o cinco señores enojados. Me refiero a los grandes medios de comunicación, sobre todo a La Nación+. No alcanza, por ejemplo, para definir una elección en una provincia como Santa Fe. Es decir que las cosas pasan por otra frecuencia a de los medios de comunicación. El otro día alguien de Juntos me decía: “Nuestra candidatura se define en los estudios de televisión de La Nación+ y de TN”. Lo decía de manera irónica, pero sí, tampoco les conviene hacer campaña por fuera de esos estudios. 

Segundo nivel de análisis. Gana, como decía, junto a Pullaro la sociedad Lousteau-Larreta-Morales. Pierden Bullrich y Macri. Pierden los radicales que hablan como Macri, que parecen hijos de Macri aunque, obviamente, pertenezcan a un partido centenario. La novedad es que Larreta gana elecciones en las provincias, algo que contrasta con lo que vemos desde Buenos Aires. Porque, mirado desde el centro, Larreta pierde en el día a día frente a Patricia Bullrich que lo corre, lo desafía, lo ridiculiza y lo trata de tibio. Pero lejos de la General Paz, en ese otro país tan difícil de ver como una unidad, hecho de regiones con intereses económicos y culturas distintas, Larreta viene ganando.

Ganan los candidatos de Larreta en San Luis. Ganan los candidatos de Larreta en San Juan. Ganan los candidatos de Larreta en Santa Fe. Y le agradecen a él o le agradecen a los aliados de Larreta, como en este caso Losteau.

La provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires son también dos islas. Islas donde se toman las decisiones. Pero no es lo mismo el conurbano bonaerense, donde algunos piensan que la interna la puede ganar Bullrich; no es lo mismo la Ciudad de Buenos Aires, donde hay que ver quién gana si Jorge Macri o Losteau. 

Lo que no se puede perder de vista, si uno compara con 2019 —más allá de que el país cambió, de la pandemia, de la guerra— es que hay una legitimidad renovada del bloque opositor, del antiperonismo, del antikirchnerismo. Mauricio Macri se fue del gobierno después de dos años de escupir sangre y la sociedad argentina con él. Así y todo se llevó el 41% de los votos en la elección general, aunque perdió la reelección. Fue el presidente que no pudo reelegir. Al que se le prendieron fuego todas las promesas, el que no cumplió con nada de lo que él mismo se proponía. Ni en economía, ni en política. Ahora, cuatro años después, esa misma posición, sumando algunos otros sectores, tiene una fuerza que sorprende. ¿De dónde sale toda esa legitimidad de la oposición, de la misma que hace cuatro años se prendió fuego en el gobierno con Macri?

¿Es mérito de la oposición o esa legitimidad se la regaló el gobierno del entonces Frente de Todos? Es muy probable que haya sido el peronismo una máquina de legitimar a la oposición. Que estos cuatro años hayan servido como le sirvió a Cristina en su momento la performance traumática de Macri en el gobierno, para salir de la marginalidad política. A esta oposición le sirve ver el juego autodestructivo de Cristina, de Alberto, del que hasta ahora sólo parece ser beneficiado Sergio Massa, el candidato de Cristina.

Lo último: no se salvó nadie en el peronismo. Toda forma de peronismo fracasó en estas elecciones en Santa Fe. Marcelo Lewandowski, senador nacional, ex periodista, 270 mil votos. Candidato de Cristina, pero, sobre todo, de Massa. Un Massa que nunca hizo pie en Santa Fe y termina casi como el jefe del peronismo nacional tratando de incidir. Massa siempre había tenido un solo dirigente importante en Santa Fe. En algún momento fue Eduardo Buzzi y después fue Oscar “Cachi” Martínez, diputado provincial, que acaba de salir quinto en la elección. Nunca el massismo fue fuerte en Santa Fe, sin embargo, ahora, parece Massa el nombre del líder nacional para Santa Fe. 

Eso habla del fracaso también del resto de las variantes del peronismo. El candidato de La Cámpora, 2% o 3%. El candidato del Movimiento Evita, 2% o 3%. El candidato de Agustín Rossi, 2% o 3%. Y el gobernador Perotti, candidato a diputado provincial, 240 mil votos. Ahora se complica, dicen, su proyecto de ser el presidente de la Cámara de Diputados en Santa Fe. Ganó la interna pero quedó por detrás de los votos que reunió la oposición.

Nada es igual, por supuesto, no se puede trasladar, pero sirve para entender lo que pasó hace cuatro años, en 2019, nada más en Santa Fe. Perotti, en 2019, había sacado más del 40% de los votos. 746 mil. Ahora solo 240 mil. Perdió 500 mil votos en cuatro años.

Dicen que no hizo campaña, dicen que no gestionó, dicen que no asumió un perfil propio y que nunca supo a dónde ir. Se ve en un tema sensible como el de la seguridad, donde pasó por distintos instancias. Nombró primero Marcelo Saín, lo que tenía que ver con una política muy fuerte para subordinar a la fuerza de seguridad. Ahora, el actual ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, es un comandante retirado que en su momento fue para apadrinado por Bullrich, por Pullaro. Ese ida y vuelta de Perotti no conformó a nadie.

Y después el otro dato importante es lo que podríamos denominar el fin del peronismo de la zona núcleo, del peronismo sojero, del peronismo que en algún momento se pensó como una alternativa nacional en esa alianza que se insinuó entre Juan Schiaretti y Omar Perotti, . Los gobernadores de un peronismo distinto al peronismo del conurbano, al de Cristina. Era un intento de forjar un eje para otro tipo de peronismo, ligado al agronegocio, a la agroindustria, a la metalmecánica. 

Santa Fe marca ese rechazo al peronismo en la zona núcleo, como en su momento pasó con Córdoba, donde el antikirchnerismo siempre fue una fuerza formidable. No solo perdió Lewandowski, no solo perdió Perotti. Y ya el peronismo viene de sufrir un susto importante en Córdoba, donde el candidato de Schiaretti, Martín Llaryora, le ganó por muy poco a Luis Juez.

Ese peronismo sojero y del orden, que fue socio de Macri. En el caso de Perotti, no era gobernador pero estaba muy cercano a Pichetto en el Senado. Votó el allanamiento a Cristina que había ordenado Claudio Bonadío. Sin embargo, Perotti después recompuso relación con Cristina y ella lo eligió por encima de Agustín Rossi. Todo ese ida y vuelta interminable redunda en una falta de liderazgo en Santa Fe.

Si esto que vemos en las elecciones provinciales se confirma en la elección nacional, ¿qué consecuencias tiene para Unión por la Patria? ¿Qué réplicas tiene el resultado de Santa Fe para el peronismo? Un peronismo que pierde en Santa Fe, que gana por muy poco en Córdoba pero va a perder la elección nacional allí, Que pierde en Mendoza, que pierde en la Ciudad de Buenos Aires. 

Otra vez el peronismo tiene que resistir desde la Provincia de Buenos Aires, la fortaleza mayor, la fortaleza de Cristina. Aún debilitado, después de esta experiencia autodestructiva, donde todas las cabezas de la cúpula del gobierno salieron dañadas, Unión por Patria se juega la vida en la Provincia de Buenos Aires para compensar la derrota en las provincias más importantes del país. Es la madre de todas las batallas, una vez más, como durante los últimos veinte años.

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