Fuera de Tiempo con Martín Kohan

El escritor, crítico y docente Martín Kohan conversó con Diego Genoud sobre la pandemia, la incertidumbre, el vínculo entre literatura y política, y la publicación de su última novela, Confesión.

El choque de pronósticos y los avisos de Cristina. Editorial de 05/12/2020 en FM Milenium.

Entrando al último mes del año, llega la hora de los balances y se mantiene una característica en la sociedad argentina: mirar con distintos ojos la realidad que estamos viviendo. El presente se puede ver desde perspectivas muy distintas incluso si uno simplemente atiende los datos y deja de lado las valoraciones.

Si uno mira los datos que repasa el Gobierno, observa que hay un crecimiento en la recaudación en los últimos tres meses. Para Guzmán eso es un signo indudable de que lo peor ya pasó y empieza a quedar atrás. Otro dato: la producción automotriz aumentó un 22% interanual en octubre. Así como está la recaudación y la producción automotriz, están los datos de la UCA, que dicen que el 44,2% de los argentinos son pobres y el desempleo llega al 14,2%.

Hay que ir a la primera década de este siglo para ir a un desempleo tan alto. Veinte millones de personas no pueden acceder a todos los alimentos básicos, al sistema de salud, a la vivienda digna. Por eso, a la hora de hacer un balance pesa mucho la opinión personal de cada uno y cada una. Pesa el optimismo que se tiene hacia el futuro para saber si estamos saliendo del pozo o si estamos ante un rebote menor que no va a permitir recuperar lo perdido. El Gobierno piensa que estamos saliendo y que se viene una recuperación fuerte. Eso explica que no habrá más IFE.

Guzmán cree también que habrá un aumento de los ingresos el año que viene. En ese marco de datos concretos, que habilitan lecturas contradictorias, pesa muchas veces el discurso de los dirigentes políticos más importantes del país. Por supuesto, el de Cristina Fernández de Kirchner, que está ubicada hoy en un lugar muy particular dentro del frente de gobierno: donde dialoga poco con el presidente pero termina definiendo muchas veces hacia dónde va el Gobierno.

Lo cierto es que su voz, la de Cristina, es muy distinta a la de la Casa Rosada. Para conocer la voz de Cristina hay que mirar hacia el Senado. Cuando uno mira hacia el Senado, encuentra dos pronunciamientos muy fuertes que van a contramano de lo que dice Alberto Fernández. El primero es el del caso Rafecas. Parece que Cristina hoy no apuesta a que Rafecas sea el Procurador General de la Nación. El segundo, y más importante, es el de los senadores del Frente de Todos con respecto al Fondo Monetario Internacional. El FMI, que fue aliado de Fernández y de Guzmán en la pulseada con los bonistas, hoy no recibe críticas frontales de las primeras líneas del Gobierno, sí del Frente de Todos en el Senado que remarcó que el Fondo fue socio de Macri y ahora tiene que hacerse responsable. Un discurso más parecido al que Fernández levantaba cuando era candidato y Guzmán al principio de la gestión.

Hay un tema más que muestra estas diferencias: cuando el bloque de senadores del Frente de Todos decidió, esta semana, dar marcha atrás con el proyecto de movilidad jubilatoria que había mandado Alberto Fernández. El proyecto fijaba un aumento del 5% en diciembre para las jubilaciones pero que se iba a descontar del aumento de marzo. Ahora se determinó que habrá un aumento del 5% en diciembre pero que no será descontado en marzo. Habrá además cuatro aumentos en lugar de tres y no serán semestrales, sino trimestrales. Para los que conocen el tema, aquello cambia el cálculo previsional y lo hace por decisión de Cristina Fernández de Kirchner. Estos cambios que hace Cristina muchas veces dejan mal parados a los aplaudidores que festejan todas las medidas del Gobierno y no ven que después tienen la desaprobación de alguien como Cristina Kirchner.

Pronunciarse antes de tiempo puede ser un problema para los que dicen que no hay ajuste en la fórmula previsional, que son las consignas que la Casa Rosada difunde como parte de su propaganda de gobierno. En este contexto, en el que Cristina aparece muchas veces en contradicción con lo que plantea el Gobierno, lo importante es saber dónde estamos parados. Porque existen datos que muestran un rebote pero también hay datos que muestran una realidad dramática.

En un frente que tiene la contradicción adentro, para entrar en el balance de fin de año, no solo hay que armar la composición de datos contradictorios, sino que también hay que prestar atención a los pronunciamientos heterogéneos que existen dentro del propio gobierno. Recién ahí vamos a tener una aproximación a la situación que estamos viviendo y sobre todo al futuro: si va a ser un futuro de recuperación o un futuro de larga agonía.

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