Fuera de Tiempo con Martín Becerra, Ana Bizberge y Guillermo Mastrini

Martín Becerra, Ana Bizberge y Guillermo Mastrini, autores de Grupo Clarín: From Argentine Newspaper to Convergent Media Conglomerate (Routledge), conversaron con Diego Genoud sobre las apuestas fallidas de Clarín en política, el instinto económico de Magnetto y la disputa comercial en el nuevo escenario dominado por las OTT.

“Un gobierno a la defensiva”. Editorial de 21/8/2021 en FM Milenium.

Semana que parece casi una repetición de lo que sucedió hace ya más de siete y ocho días, cuando
conocimos por primera vez las imágenes del cumpleaños de Fabiola Yáñez en la residencia de Olivos. Desde ese momento hasta hoy, sigue ganando la agenda de la dirigencia política y de los medios de comunicación con lo que representa ese cumpleaños y los costos que le puede traer ese festejo al Gobierno Nacional, al Frente de Todos, en especial al presidente Alberto Fernández.

Esta semana se sumaron las imágenes del video del festejo. Algo extraño, su difusión fue a través del portal El Destape. Más extraño todavía, que lo haga también la Televisión Pública, que difunda las imágenes del video en el cual Fabiola Yáñez, Alberto Fernández y un grupo de gente amiga festeja en Olivos en plena cuarentena estricta, cuando había un decreto del Presidente que prohibía las reuniones sociales, la circulación. Que el Gobierno mismo sea el encargado de difundir este video a través de la Televisión Pública muestra hasta qué punto el Gobierno aparece, se siente, se percibe a sí mismo a la defensiva de la crónica cotidiana cuando faltan tres semanas para las PASO.

Queda en evidencia el doble discurso del Presidente, algo que muchos ya percibían, algo que los
que trabajamos cubriendo la actividad del gobierno también percibimos porque el Presidente dice una cosa y después hace otra, cosas que después se le vuelven en contra. Es importante, sobre todo, porque puede impactar estando tan cerca de las elecciones en esa franja de votantes que va y viene y que no tiene definido su compromiso de por vida con el Frente de Todos, sino que lo eligió simplemente como un vehículo para sacarse de encima a Macri.

Más allá de ese impacto electoral que importa cuando falta tan poco para las PASO, casi como si el operativo en el que aparecen las imágenes en las que Fernández se contradice a sí mismo hubiera sido diseñado, se evidencia a nivel de la política algo que algunos piensan todavía es más importante: la falta de cuidado del Presidente, un hombre que se mueve como si nada pudiera dañarlo. Y ya se ve que con muy poco puede ser lastimado en el escaso capital que tiene, quizás por ser producto de una decisión que tomó la vicepresidenta. Porque Fernández nunca tuvo poder propio, porque no tiene una base de poder propio. El capital, por supuesto, es o era su credibilidad, su autoridad presidencial.

Entonces a Fernández le cuesta caro moverse de esa manera, moverse como si nada pudiera
dañarlo cuando se supone pueden aparecer más imágenes o pueden aparecer nuevos problemas
que golpeen al Presidente en ese flanco débil que tiene. Tiene que salir Cristina a rescatar a Alberto, eso dicen algunos dentro del Frente de Todos. La Vicepresidenta que sale con su particular estilo, ya conocido, a abrazar al Presidente en público con dos actos en una semana. Primero en Avellaneda, después en La Plata. “Alberto poné orden y no te pongas nervioso”. ¿Qué sería poner orden para Alberto? Algo que tratan de descifrar dentro y fuera del gobierno porque, por supuesto, diez meses después de que la Vicepresidenta hablara de los funcionarios que no funcionan, muchos de ellos, diría la mayoría, siguen en sus puestos.

Más importante todavía, otra frase de Cristina: “Para salir a la vida que queremos van a hacer falta varios gobiernos”. Casi la contrapropaganda del Frente de Todos. Porque cuando escuchamos la publicidad del gobierno, se habla de que estamos por salir a la vida que queremos. Cristina dice que van a hacer falta muchos años, aunque siempre con la tutela del Fondo, eso es lo que no dice pero está sobre la mesa de la política argentina. El Fondo Monetario que, después del crédito monumental que pidió Macri, es un actor central de la política argentina y lo va a ser por mucho tiempo más. ¿Por qué el gobierno no puede salir de la defensiva de esa crónica cotidiana? ¿Es por el video de Olivos o es por esta otra situación que está de fondo? Por esta crisis tan difícil que le toca surfear al Frente de Todos. Crisis económica, pandemia y caída de los ingresos, en su nivel más bajo de los últimos diez años, según dicen algunas consultoras, comparables a los de año 2004.

Un gobierno que hereda una crisis muy fuerte, que enfrenta la pandemia, pero que además recibe
algunas buenas en ese contexto que no promociona
, que la oposición tampoco destaca lo suficiente. Leía un informe de la consultora EcoGo, para la entrevista de la semana pasada a Marina Dal Poggetto: el gobierno recibió 12 mil millones de dólares adicionales este año. Dice Dal Poggetto, como un maná del cielo le llovieron los derechos especiales de giro del Fondo que están a punto de caer: 4.300 millones de dólares que Macri no pudo tener, que el propio Fernández no pudo tener tampoco en el primer año. Y el salto en el precio de la soja que representó casi 8 mil millones de dólares más. Eso que el Gobierno tuvo este año difícilmente vuelva a tenerlo el año que viene. Y sin embargo, así y todo, con esa situación excepcional para bien que le tocó al gobierno, no alcanza para
sostener una economía inestable. Lo ves en la cotización del dólar paralelo cuando se acercan las
elecciones.

Alberto, Cristina, Máximo, Guzmán, Massa, quién sea. El gobierno eligió demorar el acuerdo con el FMI. No hacer campaña con el Fondo, que muchos decían podía ser casi una campaña suicida. Pero ahora está buscando por todos los medios hacer ese acuerdo. Lo está trabajando Guzmán para tenerlo antes de que le toque hacer el segundo pago de 3.900 millones de dólares que tiene el Frente de Todos este año. Ese acuerdo ahora parece ser un acuerdo apurado, cuando el gobierno empieza otra vez a perder reservas, cuando necesita emitir para compensar, al menos, una parte de
lo que perdieron los ingresos de acá hasta las elecciones. Estamos hablando de una campaña
electoral que tiene fecha de vencimiento. Paliativos que destina el Gobierno a los más necesitados pero también con fecha de vencimiento. Porque, como la propia Cristina lo dijo, para salir de esta
situación van a hacer falta varios gobiernos, varias administraciones. Y siempre con el Fondo sentado a la mesa.

Otro dato, también de la inestabilidad, de las dificultades. No suficientemente explotado por la oposición, quizás porque no le interesa. La bola de nieve de las Leliq, que Alberto Fernández usó en campaña de 2019. Que le sirvió, incluso, en la campaña cuando dijo: “Entre los jubilados y las Leliq, me quedo con los jubilados”. Se quedó con las Leliq, finalmente. Porque, si uno mira hoy lo que pasó con la Leliq, datos del economista Amilcar Collante, se están pagando alrededor de 100 mil millones de pesos por mes en intereses de Leliq y de pases pasivos. Es lo que le paga el Banco Central a los bancos en concepto de tasa de interés. Las Leliq crecieron un 232% desde que asumió Alberto Fernández. Algunos dicen “no le queda otra al Gobierno”, que hace eso para tratar de absorber una parte de los pesos que el propio gobierno emite. En este caso, ahora, para mejorar los ingresos cuando falta muy poco para la campaña electoral. Otros dicen, como se lo dije la semana pasada a Sergio Palazzo en este programa, esa masa de recursos, 3,9 billones de pesos deberían ser utilizados en potenciar la economía, con crédito para la producción, para el trabajo. Dice el economista Horacio Rovelli, uno de los críticos que apoya al gobierno, en su momento funcionario, que podrían ser utilizados, por ejemplo, para crear trabajo a través del Potenciar Trabajo, el plan que defiende el Movimiento Evita.

Hoy, otra vez, se dispara la brecha cambiaria. Y hoy, otra vez, hay presión sobre el dólar por una devaluación. Y el gobierno que no quería un acuerdo con el Fondo, ahora lo está buscando casi desesperadamente. Martín Guzmán lo busca por debajo de la mesa. Porque no saben qué va a pasar el día después de las elecciones. Por eso, cuando uno ve la escena dominada por la foto del festejo en Olivos, más allá del impacto que pueda tener en el votante no alineado, lo que advierte también es que hay una dificultad mayor del gobierno y que Cristina es la que la plantea con más claridad: la imposibilidad de salir del estancamiento y del espiral de ajuste. La imposibilidad, incluso, de sostener este ritmo de devaluación que está por debajo de la inflación.

Después de que el gobierno se someta a este test electoral en una situación difícil por la pandemia, por la herencia, por los errores propios, después de las elecciones habrá dos escenarios. O vendrá un acuerdo con el Fondo, como el que Cristina en un momento no quería y ahora el gobierno busca, o vendrá una devaluación a un ritmo mayor, como la que presionan por lograr los actores del mercado. Eso en un contexto con los salarios pulverizados, con una canasta básica que aumentó 51,8% en el último año y familias que necesitan $67.577 para no caer en la pobreza. En ese contexto es que el gobierno no puede salir de la defensiva. Por eso, la Televisión Pública termina difundiendo las imágenes del cumpleaños en Olivos. Más por esa bomba de tiempo que sigue activada que el gobierno que por el cumple en Olivos es porque no hay una salida del espiral de estancamiento y
ajuste.

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